Luego de una sesión de más de tres horas, el comité de expertos del Instituto de Salud Pública aprobó el pasado 16 de diciembre el uso de emergencia de la vacuna para combatir el covid-19, desarrollada por los laboratorios Pfizer y BioNTech, con lo cual el gobierno chileno dará inicio a un plan de vacunación programado para iniciar entre las festividades de fin de año, enfocado en agentes prioritarios, como el personal de salud. Transformándose de paso en uno de los primeros países en Latinoamérica en aprobar las vacunas.
Fue en el contexto de esta aprobación que la académica e investigadora Dra. Eliana Sánchez, del Instituto de Farmacia (Facultad de Ciencias de la Universidad Austral de Chile), quien participa en la comisión externa de la Agencia Nacional de Medicamentos, integró la discusión que dio luz verde al uso de la vacuna y hoy entrega algunos detalles de la inoculación, la cual está pensada para aplicarse en dos dosis separadas por 21 días a mayores de 16 años.
La académica comenta que “esta primera vacuna contra SARS-CoV-2, está formulada en base a un ARN mensajero con nucleósidos modificados, que codifica la proteína S del coronavirus de longitud completa, y lo incorpora en una nanopartícula lipídica, que permite su administración intramuscular». El ARN viral es entonces liberado y reconocido como exógeno por las células dendríticas, que lo incorporan y traducen la proteína codificada, que a su vez actuará como antígeno viral activando la batería de inmunidad celular y humoral.
“Lo que hace es ir activando la inmunidad del propio organismo y esa inmunidad se alcanza hasta siete días después de administrar la segunda dosis. Ahí es donde se alcanzan a producir las concentraciones de anticuerpos neutralizantes suficientes como para para decir ‘tengo un riesgo muy bajo de contagiarme’».
En torno a una de las dudas frecuentes en la ciudadanía, sobre los efectos adversos, la académica señala que “algunas personas tienen una reacción de su respuesta inmune muy elevada ante alimentos u otros medicamentos y serían hiperreactivas”, y se ha preferido establecer la contraindicación para el grupo de personas con historia clínica de hipersensibilidad. Pero dado a que estos casos son excepcionales, no implica que se rechace su autorización para el resto de la población, en la que ha probado ser segura.
En el caso de la vacunación en niños y mujeres embarazadas, la investigadora manifiesta que los laboratorios todavía no tienen estadísticas suficientes como para pensar en incluirlas en los grupos prioritarios a inmunizar.
“Tiene que haber un número estadístico relevante para poder decir ‘esto es seguro’. Ellos (en los laboratorios) incluyeron en los ensayos a personas de dieciséis años hasta noventa y tantos. Las embarazadas tampoco estaban incluidas en el ensayo, entonces hasta que el laboratorio no tenga esos estudios más completos, no se puede saber si las embarazadas se van a poder vacunar, por las reacciones alérgicas que se pudieran desencadenar en ellas, tampoco se sabe muy bien cómo va a funcionar en aquellas personas que tienen una inmunidad baja. Insisto, la vacuna induce a la respuesta inmune del organismo, pone en marcha la maquinaria de respuesta inmune del propio organismo”, resalta.
En base a lo mismo, la autoridad ha dispuesto que el personal debe vigilar las reacciones adversas en todos los centros de inoculación, desde las personas que inyectan hasta el personal médico. “No se podrán retirar del local hasta 15 ó 30 minutos después, dependiendo si tiene antecedentes de alergias o factores de riesgo. Incluso existirán plataformas digitales para estar reportando reacciones adversas que ocurren en general. Si existieran estas reacciones, será dentro de los primeros siete días”, dice la investigadora.
Plan de vacunación
Durante un evento el pasado 17 de diciembre, el Presidente Sebastián Piñera oficializó desde La Moneda que el país recibirá durante los últimos días de 2020 el primer cargamento de 20 mil dosis de la vacuna de Pfizer, cuyo destino sería el personal que opera en las Unidades de Pacientes Críticos del sistema de salud, en las regiones con mayor incidencia del Coronavirus, como Biobío, La Araucanía, Magallanes y parte del personal en la Región Metropolitana.
En relación a lo mismo, Sánchez plantea que sus expectativas son que la población vaya tomando conciencia de la importancia del proceso a medida que éste se vaya llevando a cabo, combatiendo de alguna forma las falsas noticias o la ignorancia en torno a la elaboración de esta u otra vacuna.
“A medida que la población se vaya vacunando, las personas se irán dando cuenta que los beneficios superan a los riesgos. El mundo académico, científico, de todo el planeta estamos con los ojos puestos en esto. Si bien los antecedentes llegaron recién; las publicaciones científicas, con respecto de los avances que se han ido realizando desde los estudios in vitro, hasta los ensayos clínicos, en seres humanos, está en las publicaciones de corriente principal y que son las que avalan la rigurosidad científica con la que se ha estado trabajando en estos productos (científica y clínicamente)”, señaló a diversos medios de comunicación la experta de la UACh, haciendo frente a las especulaciones acerca de la rapidez con que se diseñó la vacuna.
Más aún, dijo deberse al trabajo asociado, en equipo, que se realizó para poder desarrollar el producto con rigurosidad y celeridad, los estudios que hoy estaban revisando.
“Lo que se hacía normalmente es que cada laboratorio competía a su ritmo y muy en secreto hasta tener el producto completo, por eso se demoraba tanto. Ahora hubo un trabajo mucho más transparente, mucho más asociado y definitivamente todos sabemos que la unión hace la fuerza”.
Finalmente, la académica hace un llamado a no desistir de las medidas de cuidado, señalando que de acuerdo a lo visto en torno a los tiempos de protección “es posible que haya que vacunarse todos los años contra este virus, como lo que ocurre con vacuna de la influenza”.