* Muestra, que parte este 2 de septiembre en la sala Hardy Wistuba de Puerto Montt, destaca los valores ambientales, científicos, culturales y económicos de esta especie única en el mundo
* Es organizada por el Núcleo Milenio FORECOS y patrocinada por la Municipalidad de Puerto Montt.
Todos conocen la madera de alerce, pero casi nadie conoce al alerce.
Esta especie que ha sido declarada Monumento Natural a partir del año 1976, vive exclusivamente en nuestra Décima Región y algunos sectores de la región contigua en Argentina. Es la segunda especie de más larga vida en el mundo. Puede llegar a tener un diámetro de 5 metros y alcanzar una altura de 50. Es decir, son nuestras catedrales.
Por su longevidad, el alerce es un excelente registro de cambios ambientales de largo plazo. Estudios realizados por los investigadores Antonio Lara de Chile y Ricardo Villalba de Argentina han permitido hacer relevantes contribuciones a la discusión sobre el cambio climático global, todo a partir de individuos de alerce que llegaron a tener 3600 años. Individuos encontrados en Lenca, 30 Kms. al este de Puerto Montt
Pero esos son sólo datos. Y datos que manejan y entienden unos pocos. «Estamos preocupados por el desconocimiento que hay del alerce, especialmente en la juventud», dice el Dr. Carlos Le Quesne, investigador joven del Núcleo Milenio FORECOS de la Universidad Austral de Chile. Él es uno de los dos responsables científicos, junto con el Dr. Mario Pino, de la exposición itinerante «Alerces milenarios: testigos del pasado», que desde este martes 2 de septiembre se presentará en la sala Hardy Wistuba del Centro Cultural Diego Rivera, en Puerto Montt.
«Es preocupante que la gente, en general, sea capaz de reconocer una tejuela, un marco de ventana o una artesanía de alerce, pero no haya experimentado la convivencia con los árboles y bosques vivos», expresa Le Quesne. Y continúa, «queremos que los ciudadanos de nuestra región vayan a los Parques Nacionales, que le pidan a sus autoridades locales que reconozcan los valores culturales, ambientales y sociales del alerce y de esa manera se comprometan con su conservación».
Marío Pino, Investigador senior de FORECOS, refuerza lo planteado por Le Quesne, diciendo que «la idea no es conservar por conservar, o conservar porque el alerce es bonito. La idea -enfatiza- es conservar nuestros bosques de alerce en consideración al alto valor patrimonial que esta especie tiene para nuestra Región, a que nuestras primeras casas se construyeron con su madera, a que parte importante de la economía de la primera mitad del siglo XX se sustentó en su explotación y a que la ciencia ha descubierto que es una de las mejores enciclopedias vivientes de nuestros cambios ambientales para los últimos milenios. Es decir -recalca-, en consideración a que nuestro pasado reciente está indisolublemente ligado a los bosques de alerce».
Según Mario Pino, la muestra está construida para ser vista y entendida por estudiantes de educación básica y media, así como por público en general. Cuenta con material de apoyo para profesores, muestras vivas, troncos milenarios (algunos petrificados), hermosas fotografías e información básica de la importancia mundial de esta especie y su estado de conservación.
Luego de presentarse por tres semanas en la capital regional, la exposición partirá a Valdivia a la «Semana de la Ciencia» que EXPLORA Décima Región organiza cada año en el Parque SAVAL de esta ciudad, la que durante los últimos años ha tenido una concurrencia promedio de 9000 personas.
A partir de noviembre se espera comenzar a visitar la mayor cantidad de comunas de la Región, para lo que se invita a los alcaldes y autoridades de todos los rincones a acercarse a los organizadores para planificar la visita de esta muestra científica y educativa interactiva.