Aproximadamente 134 ferias costumbristas, en diferentes estados de desarrollo, y alrededor de tres mil locatarios existen en la Región de Los Ríos. Así lo determinó el equipo de profesionales que ejecutó el proyecto FIC que caracterizó la realidad de las ferias costumbristas regionales entre los años 2016 y 2017. En la actualidad, el mismo equipo, dirigido por el Dr. Rafael Tamayo, profesional de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Austral de Chile, desarrolla un nuevo proyecto que está en su última etapa.
El Dr. Tamayo menciona que la idea de esta última iniciativa, financiada por CORFO, es diseñar e implementar un modelo de gestión integrado para fortalecer y desarrollar de manera más eficaz y eficiente las ferias. El proyecto se asocia a la idea de que este tipo de actividades forman parte de la oferta turística de la región y, por tanto, constituyen un patrimonio local. “El objetivo fundamental es mejorar el estándar de calidad de estas ferias costumbristas para transformarlas en un producto turístico regional que satisfaga las necesidades desde el punto de vista sanitario, organizacional e identitario».
Modelo de gestión innovador
Marta Obando vive en Lago Ranco. Junto a un grupo de 10 locatarios, en su mayoría mujeres, está feliz porque en el marco del proyecto han obtenido la resolución sanitaria que les permite funcionar como feria, principalmente durante la temporada estival. “El proyecto fue súper importante, porque nos orientaron, nos capacitaron y nos enseñaron que trabajando unidos y resaltando nuestras costumbres y tradiciones, podíamos funcionar mejor y obtener mejores resultados”. La Sra. Marta se muestra agradecida porque la resolución obtenida permite postular a otros proyectos y así ir creciendo, dice.
De acuerdo a lo señalado por Guillermo Nova, en esta última etapa se considera la sociabilización y presentación oficial del producto ferias costumbristas como parte de la oferta turística de la Región de Los Ríos. “Esperamos transferir el modelo validado a entidades mandantes (SERNATUR y 12 municipios de la región) para que sean capaces de replicar el modelo de gestión en sus territorios, resguardando la sostenibilidad del mismo. Así, se espera que cada uno de los 12 municipios de la región implemente la metodología a dos ferias locales, lo que implica que se trabaje con un total de 24 ferias que fueron atendidas bajo la supervisión del equipo experto de la Universidad Austral de Chile”, concluye.
Modelo y protocolo para esta nueva etapa
El Dr. Tamayo manifiesta su preocupación porque naturalmente los efectos de la pandemia producida por el Covid-19 han incidido considerablemente en la economía regional. Uno de los sectores productivos más afectados por el cúmulo de medidas restrictivas y preventivas ha sido el turismo, dado que por esencia requiere del desplazamiento de la demanda hacia la propia oferta, con los riesgos asociados a los lugares de origen de los potenciales clientes y a la compleja determinación de la trazabilidad involucrada en el traslado desde y hacia el lugar de destino.
Las ferias costumbristas de la Región de Los Ríos forman parte de la oferta turística del destino y, especialmente en la temporada estival, constituyen polos de atracción de visitantes, tanto locales como regionales, así como aquellos provenientes de otras regiones del país, especialmente de los grandes núcleos urbanos donde la prevalencia de casos y niveles de contagio son significativamente mayores. Además, la gran mayoría se emplaza en zonas rurales apartadas, con escasa dotación de servicios básicos de asistencia sanitaria y en ellas trabajan numerosas comunidades locales caracterizadas por altos índices de informalidad, dificultades económicas, bajo nivel de escolaridad y con escasas opciones de acceder a formación y capacitación para generar cambios de conducta y hábitos estrechamente arraigados en el mundo rural campesino.
Con el fin de estar preparados para este nuevo escenario que enfrentarán las ferias costumbristas la próxima temporada, se requiere generar una estrategia de carácter urgente para diseñar recomendaciones y claros protocolos higiénico-sanitarios que contribuyan a disminuir el riesgo de potencial contagio.
En ese sentido, el médico veterinario expone que no es suficiente asumir que con sólo disponer de recomendaciones y protocolos generales bastará para modificar conductas y hábitos extremadamente arraigados en la cultura. Al contrario, junto con tener herramientas especialmente adaptadas al contexto y particularidades de las ferias, se requiere generar un programa urgente de transferencia de capacidades (capacitaciones) para asegurar una adecuada asimilación de los contenidos, medidas y acciones, aclarar dudas e inquietudes y asegurar el grado de internalización de estos protocolos por parte de las agrupaciones que conforman las ferias costumbristas.
“Estamos a la espera de que mejoren las condiciones y si la autoridad lo determina, ojalá las ferias puedan entrar en funcionamiento con todas las condiciones sanitarias que amerita una situación como ésta”, puntualiza el Dr. Tamayo.