* Finalizando el 2016 celebra el proceso de 15 años del FSM, los 10 años de haber recibido el Right Livelihood Award (“Premio Nobel Alternativo”) en Suecia, y sus 85 años de vida y trabajo para hacer realidad el necesario y urgente “otro mundo posible”.
Francisco “Chico” Whitaker Ferreira es uno de los cinco premios Nobel Alternativo que compartirán con la comunidad valdiviana durante una semana, siendo una de las actividades más destacadas el foro “Activistas para un mundo mejor”, que se realizará el lunes 5 de diciembre a las 18.00 horas en el Aula Magna de la Universidad Austral de Chile, en el Campus Isla Teja, en Valdivia.
Para conocer un poco más su pensamiento, compartimos a continuación un texto de su autoría:
Hace diez años, en este momento en que llego a los 85 años, recibí el Premio Right Livelihood especialmente por mi participación en la organización del Foro Social Mundial (FSM), cuya primera edición fue en 2001, en Porto Alegre, Brasil. Una “invención política”, como decían mis compañeros de aventura, que lanzaba al mundo un grito de esperanza: “otro mundo es posible”. Eran tiempos en que se afirmaba cada vez más la dominación del “pensamiento único” del mercado, como si no hubiera alternativas para organizar la sociedad y la economía. El FSM era un desafío a los dueños del mundo que planeaban esa dominación desde el Foro Económico Mundial de Davos.
Desde entonces, el “proceso del FSM” multiplica por el mundo Foros Sociales a nivel mundial, regional, nacional y local, o Foros Sociales temáticos. En ellos se reúnen movimientos y organizaciones de la sociedad civil que luchan por el cambio, para reflexionar sobre la realidad, denunciar lo que se hace contra la vida, descubrir convergencias y articular alianzas para la acción. Sin dejarse dirigir por partidos o gobiernos y negando la violencia como método de acción política, los participantes de estos Foros viven una experiencia de nueva cultura política, horizontal, autogestionada, sin jefes ni palabras de orden. Buscan salidas solidarias a los impases en que la humanidad se está dejando aprisionar, al someterse a la lógica competitiva del sistema de mercado en que vivimos, con la búsqueda insaciable de ganancia y un productivismo sin límites bajo la dominación de los sistemas financieros por sobre los intereses de la vida.
Los Foros Mundiales de Porto Alegre en 2005 y de Belem, en Brasil, en 2009, llegaron a reunir cada uno 150.000 participantes. A partir de 2004 hubo Foros Sociales Mundiales en todos los continentes, en los cuales se han ampliado las discusiones sobre desafíos como lo de la democracia real, las migraciones, la pobreza, los problemas ecológicos, o han emergido nuevas propuestas como la del “buen vivir”, basada en la sabiduría de los pueblos originarios de América Latina. Y se continúa buscando llevar a todos los rincones de la Tierra la propuesta de la cultura política del FSM, porque el “otro mundo” se hace cada vez más necesario y urgente.
El tsunami capitalista que se desplegó después de la caída del Muro de Berlín ya era muy potente en los tiempos en que el FSM surgió, al mismo tiempo en que los gobiernos que a él se oponían se dejaban también presionar por su lógica de crecimiento económico a cualquier costo. Esta lógica ha penetrado en las mentes y corazones de toda la gente, mismo en los países que aún se dicen socialistas, por la tentación del consumismo materialista que fortalece el individualismo y despilfarra recursos.
Así es que, por más que surjan movimientos sociales desde la base de las sociedades, nuevos tipos de partidos políticos y gobiernos que se atrevan a desafiar el poder financiero, o por más que se multipliquen Foros Sociales, los miles de brazos del monstruo que enfrentan van poco a poco ahogando la humanidad. Las guerras se multiplican, crece la violencia, las democracias se muestran incapaces de impedir que las peores opciones políticas se impongan. El terrorismo de la desesperación empieza a actuar donde menos se espera, lo que hace de la seguridad una preocupación generalizada que transforma a los Estados en máquinas policiales. Al mismo tiempo, cada vez más muros separan a los que tienen condiciones humanas de vida de los que no las tienen, creando obstáculos a la fuga de los que quieren sobrevivir. Calamidades climáticas empiezan a amenazar todos los pueblos, sin que sus gobiernos se muestren capaces de controlar las actividades económicas que las provocan.
Esto es sin duda un panorama que lo lleva a uno a preguntarse: ¿qué puedo hacer para evitar que esto empeore? Pues yo veo muchísima gente, aunque todavía poquísimos en relación al poder del monstruo, intentando derrumbarlo. Y estoy seguro de que cada uno puede hacer algún tipo de contribución, por pequeñísima que sea. Como lo estoy haciendo desde 2011, cuando la tragedia de Fukushima me ha despertado contra la locura de la fisión del átomo de la que son capaces mentes técnicas o militares con decisiones autoritarias, apoyadas en la desinformación y manipulación de poblaciones en riesgo.
Por Francisco “Chico” Whitaker Ferreira
Biografía