Con la presencia de académicos, estudiantes y miembros de la comunidad civil, el programa del PNUD Auditoría a la Democracia presentó el informe de un trabajo de casi tres años de investigación en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la U. Austral de Chile.
El informe “Más y mejor democracia para un Chile inclusivo” del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, se ha ido replicando en universidades y centros de pensamiento como una forma de fomentar el debate y el conocimiento sobre la temática.
Marcela Ríos Tobar, coordinadora del proyecto, señaló que entre los principales resultados del informe se destacan los avances dispares en el proceso democrático; la presencia de áreas destacadas, por sobre promedios; así como áreas rezagadas que no llegan a estándar internacional; que existe un malestar ciudadano con “nuestra democracia”; además que no se trata sólo de percepciones, sino de desajustes concretos en marco institucional.
Ríos indicó que desde el punto de los derechos políticos el informe da cuenta de aspectos como participación electoral; representación en instituciones formales para grupos como mujeres, indígenas, jóvenes, LGTIB; restricciones a derecho a asociación y protesta; pueblos indígenas; Ley Antiterrorista, ausencia de mecanismos de consulta, entre otros. Desde las perspectiva de los derechos económicos, el informe cita las desigualdades estructurales en niveles de acceso y “calidad”: género, étnica, orientación sexual, recursos, residencia geográfica.
“En cuanto a déficits de representación de las mujeres, en Chile estamos por debajo del promedio de América Latina y de los países árabes, sólo con un 13,9% de acuerdo a las estadísticas de los promedios regionales de porcentajes de escaños políticos ocupados por mujeres”, enfatizó Marcela Ríos.
El Informe plantea siete desafíos para la democracia
- Legitimar la democracia para mantener la gobernabilidad
- Enfrentar la otra desigualdad
- Incorporar a los ciudadanos y las ciudadanas a la democracia a través de una participación efectiva
- Mejorar la calidad de la representación
- Partidos políticos para una democracia de ciudadanía
- Recomponer la valoración y la legitimidad de la política
- Más y mejor democracia
Visión académica
Por su parte, la profesora de derecho constitucional de la Facultad, Dra. Yanira Zúñiga Añazco, comentó el contenido del informe, indicando primeramente que “existen ffenómenos, como el afianzamiento de una cultura de protección de derechos humanos, nuevos modelos de organización y participación social, la globalización, las migraciones, las crisis económicas, que han generado crecientes pulsiones que se ciernen sobre las democracias contemporáneas interpelando su legitimidad. Este conglomerado de relaciones ha provocado notables mutaciones en las exigencias a satisfacer por los sistemas democráticos y en la manera en que comprendemos y conceptualizamos contemporáneamente la idea de Democracia”.
Para la Dra. Zúñiga, el PNUD viene recogiendo esta forma compleja de entender a la democracia en sus informes sobre Desarrollo Humano desde la década de los 90. “El modelo de Desarrollo Humano del PNUD es, entonces, un modelo de ciudadanía integral que pone en conexión los derechos como instrumentos para la realización personal y colectiva (de ahí que la idea de grupos y de asociatividad sea relevante en este enfoque); y los contextos institucionales que posibilitan u obstaculizan tal realización”, dijo.
En sus comentarios al informe, la académica señaló que este estudio sostiene que son variadas las condiciones institucionales que enfrenta el Estado y los gobiernos en Chile, y que pueden inhibir su capacidad para sostener una gobernabilidad eficaz hacia el futuro y construir agendas con legitimidad política y social: (1) Falencias en la representación del legislativo que se ven acentuadas por un sistema de partidos que se ha ido debilitando y permanece cerrado a la ciudadanía. (2) El desequilibrio de poderes entre Ejecutivo y Legislativo, fuertemente sesgado hacia el primero, contribuyendo a debilitar la dimensión de la democracia que implica representación de intereses y deliberación propias de la arena legislativa. (3) La falta de espacios eficaces de participación para quienes están fuera de las instituciones formales. (4) La desigualdad que cruza los procesos de deliberación, donde sólo algunos tienen capacidad para hacerse escuchar, definir agendas y determinar qué temas y propuestas pueden ser objeto de debate y cuáles deben ser excluidas. (5) El contexto de descrédito de la política, la baja confianza en las instituciones y el malestar con el funcionamiento de la democracia, que pueden redundar en una merma aún más significativa de legitimidad. (6) El diseño institucional y las normas supra-mayoritarias, que dificultan la traducción de las agendas apoyadas por mayorías en políticas públicas concretas. (7) La distribución de poder, recursos y facultades entre los niveles central, regional y local de gobierno en forma poco eficiente y que es crecientemente cuestionada por la ciudadanía. (8) El cuestionamiento a la legitimidad de origen de la Constitución, redactada y aprobada bajo un régimen autoritario, y por lo mismo, en ausencia de procedimientos básicos para garantizar una deliberación democrática, se suma a los bloqueos que ésta impone para que el sistema político pueda dar respuestas adecuadas a nuevas demandas sociales y políticas por mayor igualdad y mejor representación.
El informe está disponible en: http://auditoriaalademocracia.org/web/informe/