Revise Reportaje Publicado en el Campo Sureño
“Recursos bioenergéticos a partir de residuos, cultivos energéticos y bosques en la Región de Los Ríos– Un enfoque sistémico basado en sustentabilidad para el diseño de un área bioenergética”, fue el título de la tesis doctoral del Dr. Alfredo Erlwein desarrollada en la Georg-August -Universität Göttingen de Alemania.
El académico es parte del Instituto de Ingeniería Agraria y Suelos de la Facultad de Ciencias Agrarias, y miembro del Núcleo TESES, de la Universidad Austral de Chile, expuso parte de su estudio en el Ciclo de Charlas del Centro de Investigación en el Suelos Volcánicos (CISVo).
El tutor de este estudio fue el profesor Dr. Hans Ruppert, del Departamento de Sedimentología y Geología Ambiental y Director del Centro Interdisciplinario de Desarrollo Sostenible (IZNE) que impulsó del primer pueblo bioenergético en Alemania y que recientemente visitó la UACh.
La investigación evaluó las diferentes opciones bioenergéticas existentes y analizó cuáles de ellas son las más adecuadas a implementar en la Región de Los Ríos, basándose en la experiencia alemana, líder internacional en estos temas, pero aterrizando a la realidad del sur de Chile, explicó el Dr. Erlwein.
Aclaró que la bioenergía es aquella que proviene de fuentes biológicas tales como tejidos o desechos de organismos, productos o residuos agrícolas, forestales o de la industria alimenticia. Agregó que aunque se consideraron tecnologías en desarrollo, la investigación propendió a la búsqueda de alternativas técnicamente validadas, económicamente competitivas y comercialmente disponibles.
“En un primer paso se comparó un amplio espectro de biocombustibles, tales como alcoholes derivados de cultivos de grano o azúcares, biodiesel de diferentes cultivos de oleaginosas, biogás de residuos y cultivos diversos, gasificación o destilación (vía hidrólisis) de residuos forestales, y leña, entre otros”, relató el Prof. Erlwein.
La investigación arrojó que prácticamente todos los pueblos rurales de la región podrían autoabastecerse de energía siguiendo el modelo alemán de “pueblo bioenergético”. No obstante, éste modelo se sostiene, en buena parte, gracias a la utilización de cultivos energéticos de mediana y gran escala.
Al respecto, el Profesor de la UACh, dijo que se generaron varios conceptos de pueblo bioenergético aterrizado a la realidad nacional y de las localidades rurales de esta zona. Estos modelos utilizan cultivos energéticos en forma marginal y aprovechan mejor los recursos locales disponibles.
Para el análisis se recurrió el modelo alemán Biostar, que calcula la productividad potencial de cultivos y bioenergía asociada a ellos. La simulación se validó con datos de campo, tanto de la Estación Experimental Agropecuaria Austral (EEAA) de la Universidad Austral de Chile y al Censo Silvoagropecuario del INE.
Desarrollo una matriz para la Región
Si bien- reiteró el docente- en la región los recursos bioenergéticos forestales son muchísimo más abundantes que el biogás potencial a partir de residuos, el gran potencial de estos recursos forestales es específicamente el calor, que a su vez es el formato de energía más requerido en la región (calefacción).
Por otra parte, se abordaron los riesgos asociados a la expansión potencial de cultivos energéticos en la Región, que en otros lugares del mundo ha inducido la desforestación de bosques nativos para la habilitación de tierras, o la sustitución de producción de alimentos por energía, razón por la que hoy reciben críticas a nivel internacional.
Los resultados, a la luz de un contexto de cambio climático, “sugieren un gran potencial agronómico para el desarrollo de cultivos en la región, lo que implicaría la expansión de éstos a través de un proceso de cambio de uso de suelo mediante la sustitución principalmente de actuales praderas, en la medida que la creciente demanda por alimentos y energía aumente la rentabilidad de los cultivos”, indicó Alfredo.
No obstante, a su juicio los crecientes precios de la energía involucran un riesgo de expansión de los cultivos energéticos, que de acuerdo a los resultados del estudio podrían alcanzar un máximo potencial de sobre 300 mil hectáreas en la región. “Ello generaría inevitables presiones económicas sobre el uso del suelo, y eventuales desplazamientos masivos de la producción agrícola y ganadera o deforestación de zonas con bosques si no se establecen las regulaciones normativas y territoriales a tiempo”, subraya Alfredo.