El cambio climático y la destrucción del medioambiente por causas antropogénicas fueron parte de los detonantes para que un grupo de especialistas sintiera la necesidad de aportar con contenido y fundamento científico al proceso que iniciaría Chile para la construcción de una nueva Constitución, en el entendido de que la vigente desde 1980 no contemplaba el contexto ambiental actual ni aspectos mínimos para su conservación.
Tras ocho meses y casi mil horas de trabajo conjunto, salió a la luz hace unas semanas el libro “Una Constitución Socioecológica para Chile: Propuestas Integradas”, que fue elaborado por la Red de Constitucionalismo Ecológico y coordinado por Bárbara Saavedra de WCS y Liliana Galdámez y Salvador Millaleo de la U. de Chile.
En la construcción de esta propuesta participó la Dra. Marcela Márquez, investigadora postdoctoral del Centro de Humedales Río Cruces de la Universidad Austral de Chile y especialista en dimensiones humanas de la conservación, quien destacó la iniciativa que consideró a especialistas de múltiples disciplinas y saberes, en un esfuerzo colectivo por poner en la agenda pública la importancia de considerar aspectos relevantes para conservación de la naturaleza y el medioambiente en el proceso constituyente en curso.
“El trabajo fue muy enriquecedor para todos los que participamos del proceso completo, ya que en cada sesión durante los ocho meses de trabajo se presentaron temas y minutas que eran discutidas y analizadas de modo de llegar a propuestas conjuntas e integradas desde las diversas disciplinas presentes como el derecho, la ecología, las ciencias políticas, la geografía o la antropología, entre muchas otras. Estas minutas se fueron transformando luego en los capítulos del libro, los que discuten temas y conceptos relevantes para incluir en la nueva Constitución”, indicó.
De este modo, la Dra. Márquez es la autora del capítulo “Justicia Ambiental, Conflictos y Desarrollo”, que aborda cómo los conflictos socioambientales son causados por injusticias ambientales que derivan en conflictos donde muchas veces hay daño ambiental irreparable. En este sentido, señaló la investigadora, es fundamental “que la Constitución reconozca la relación indisoluble entre los seres humanos y la naturaleza para poder asegurar su protección y el bienestar del pueblo chileno. Con esta publicación y las diversas miradas que hay en él, buscamos poder incidir en el proceso constituyente y tener una Constitución que resguarde la naturaleza, el bienestar de la sociedad y del país”.
La publicación completa puede descargarse en este enlace.