El pasado lunes 7 de enero Mauro González, docente de la Universidad Austral de Chile, junto a estudiantes de pregrado y magíster, los investigadores del Servicio Forestal de Estados Unidos y la Universidad del Estado de Oregon, Charlie Crisafulli, Fred Swanson y Julia Jones; partieron al sector volcánico Puyehue – Cordón Caulle, al interior de Osorno, para luego proseguir hacia el Volcán Chaitén, en la Región de los Lagos, y trabajar en el área afectada.
La iniciativa se ha hecho posible gracias al proyecto National Science Foundation, NSF, y a través de Fondos de la Dirección de Investigación y Desarrollo UACh, además de proyectos propios de los académicos con los cuales se apoya la participación de estudiantes, salidas a terreno y muestreos.
El equipo de investigadores desarrolla este trabajo colaborativo desde el año 2008, luego de que el Volcán Chaitén hiciera erupción en el mes de mayo. “Tomamos contacto con el servicio forestal de Estados Unidos, la Universidad de Oregon y comenzamos a establecer ensayos en el Volcán Chaitén para evaluar el efecto que tiene el volcanismo en los distintos procesos de disturbios en la recuperación de vegetación y de fauna, y efectos en el sistema acuático”, comentó el Dr. Mauro González. De esta forma, el sector lleva 4 años de monitoreo.
Más tarde, cuando en junio del año 2011 hizo erupción el Cordón Caulle, instalaron parcelas permanentes de monitoreo en el mes de enero del 2012. “El objetivo es evaluar la recuperación que tiene el componente de la flora, la vegetación y también los invertebrados, especialmente insectos, a través del tiempo”, indicó. En esta oportunidad, corresponde hacer el segundo monitoreo en el área, “vamos a medir los ensayos que instalamos. Trabajamos en bosques de lenga, principalmente Nothofagus pumilio, sobre los 1000 metros de altitud, analizando específicamente el espesor de las cenizas, sus características físicas y químicas, como también las especies sobrevivientes a la caída de tefra o ceniza volcánica”. González explicó que a pesar de que la ceniza cubrió en algunos sectores más de 70 cms. de espesor, dejando los árboles prácticamente sin follaje, las especies bajo éstas aún estaban vivas, “eso da cuenta de la resistencia que poseen muchas especies a este proceso ecológico y además la capacidad de recuperación que ocurre luego de que esta ceniza comienza a ser erosionada por la lluvia y la nieve”.
A cargo del análisis de los efectos en los sistemas acuáticos se encuentra el docente de la UACh, Carlos Jara, quien analiza el efecto de la ceniza en los cursos de agua, especialmente en los macro invertebrados. De esta manera, trabaja tanto en los sectores que fueron afectados por cenizas como en los que no, de tal forma de comparar cuál fue el efecto en la diversidad.
Participan además en la investigación los docentes Drs. Antonio Lara y Oscar Thiers, quien es responsable específicamente del análisis físico químico de la tefra; Dra. Dolly Lanfranco, en el apoyo de tesis del área de la entomología; asimismo los estudiantes de Magíster Pilar fierro, Romina Novoa, Mauricio Montiel, entre otros. El período de trabajo se extenderá hasta el 24 de enero.