A fines del pasado mes de noviembre el doctor Pablo Bórquez Morales, cirujano oncólogo, jefe de turno de Urgencia del Hospital Base de Osorno, académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral de Chile y encargado de la oficina de investigación del Campo Clínico Osorno de la UACh , fue distinguido por la Sociedad de Cirujanos de Chile con el premio al mejor trabajo quirúrgico presentado durante el último congreso de la especialidad , denominado “Sobrevida Global y por Estadios de 137 Pacientes con Cáncer Intraoral, experiencia Instituto Nacional del Cáncer”.
“Fue una gran sorpresa, de hecho ni siquiera estaba inscrito en el congreso porque no había enviado ningún trabajo. Es un orgullo en lo personal y espero que sea un ejemplo para mis alumnos e internos de que no importa donde trabajes, no hay excusas para no dar lo mejor”, comenta el destacado profesional, formado en la Universidad de Valparaíso (medicina), Universidad de La Frontera (cirugía general), Instituto Nacional del Cáncer (cirugía oncológica) y el Instituto Europeo de Oncología de Milán (estadía de perfeccionamiento en cirugía reconstructiva).
El doctor Bórquez agrega que “siempre me interesó la investigación médica, desde mi época de becado de cirugía, lo cuál se vio profundizado con mi estadía en el extranjero. El lema del Instituto Europeo de Oncología es “se cura mejor donde se hace investigación” y de verdad es así. No sólo puedes atender gente, debes estudiar y buscar ampliar los límites del conocimiento aunque sea con modestas contribuciones”.
¿Por qué se inclinó por la oncología?
Es una larga historia. Mi familia está marcada profundamente por el cáncer, de hecho mis tres abuelos fallecieron por esta enfermedad. Finalmente me decidí a ser oncólogo motivado fuertemente por esa experiencia de vida.
¿Qué hecho recuerda de manera especial de su etapa formativa?
Sobre todo recuerdo con especial cariño mi beca en el Instituto del Cáncer. De mis profesores aprendí no sólo oncología, sino que el hecho de atender en un hospital público no es excusa para no dar la mejor atención posible. Que la dignidad que se le da al paciente y al propio trabajo médico no depende de los recursos con que cuentes, que la excelencia es personal y también institucional y que el buen trato, no cuesta nada. Es una cuestión de actitud.
¿Qué destaca de su estadía de perfeccionamiento en Europa?
Sólo tengo gratos recuerdos, de las personas y de los pacientes. Tuve el honor de trabajar con algunos de los principales oncólogos y cirujanos de un centro de reconocido prestigio a nivel mundial, de operar con el Dr. Umberto Veronesi, considerado por muchos como el padre de la cirugía moderna de la mama. Es un centro donde se desarrolla activamente la investigación clínica y los resultados rápidamente se vuelven terapias ampliamente reconocidas. La importancia que se le da a la investigación era una de las áreas más destacadas de mi pasada por Milán. Sin embargo, creo que lo que más me llamó la atención fue el hecho de ver que los pacientes son iguales en todos lados, tienen los mismos miedos, las mismas dudas y la misma necesidad de información frente a un diagnóstico de cáncer. Pese a las diferencias culturales, de desarrollo humano y económicas, a fin de cuentas son seres humanos como los de acá.
¿Qué profesores o médicos lo marcaron durante su formación?
Recuerdo con especial afecto a mis profesores de cabeza y cuello Felipe Capdeville y Arturo Madrid, a mis amigos Rodrigo Neveu, Martín Buccholz y Roberto Fernández del equipo de misceláneas, a Betina Müller una gran oncóloga, todos ellos médicos del INC, y de mi estadía en Italia a mi jefe el Prof. Yean Ives Petit y la Dra. Cristina Garussi, que fue como mi madrina durante esos meses en Europa.
¿Hacia dónde deben estar apuntados los principales desafíos profesionales de los futuros médicos?
Está difícil ser médico hoy, la judicialización, la búsqueda de reducir los costos de la medicina a expensas de los médicos, las malas relaciones con los pacientes, son cosas que nos pasan la cuenta a todos por igual. Creo que mejorar la alicaída relación médico paciente es uno de los retos fundamentales, reencontrarnos con ellos alrededor de su problema de salud es básico, pero requiere de un esfuerzo por ambas partes.