Comparó aspectos que benefician el desarrollo de los estudiantes en las universidades, especialmente de aquellos que cursan carreras en áreas STEM, que involucra ciencias, tecnología, ingeniería y/o matemáticas.
En Nueva Zelanda, la población es un 15% de origen māori y existen dos idiomas oficiales, el māori y el inglés; además, se invierte un 7.2% del PIB en educación y, como si fuera poco, cuentan con un sistema educativo descentralizado y con políticas de integración con un currículum nacional bilingüe y bicultural. La investigadora Dra. Marta Silva pasó las últimas dos semanas conociendo en profundidad las áreas STEM de la Universidad de Massey.
La antropóloga y Doctora en Educación visitó los campus de Massey en Palmerston North y la Universidad de Victoria en Wellington, reuniéndose con académicos y estudiantes de postgrado maoríes y pasifika que enseñan, investigan o estudian materias STEM. “Me centré en los conocimientos maoríes y pasifika, y cómo se vinculan con la enseñanza de ciencias en la Universidad de Massey. Esto ayudará a tener nuevas perspectivas en el análisis de lo que sucede en Chile, en los estudiantes que pertenecen a pueblos originarios y estudian carreras de las áreas STEM”, comentó Silva al regresar de su estadía en Nueva Zelanda.
“Lo que más valoro de la pasantía es que refuerza la idea de que la integración es vital para que se puedan construir sociedades y comunidades más igualitarias. En el caso de la educación, la importancia de la integración cultural es clave”, dijo la especialista en perspectivas culturales y educación comparada.
En el caso de Chile, los estudiantes que pertenecen a pueblos originarios prefieren, en gran parte, carreras de ciencias sociales y humanidades y, la Dra. Silva está estudiando qué sucede con aquellos que se deciden por una profesión de las áreas STEM. En su investigación, está analizando las historias de vida de los estudiantes indígenas de postgrado en relación a qué factores culturales fueron influenciados su interés en ser científico; hasta el momento, resultan clave círculos cercanos, como familiares, amigos, pero también mentores, como es el caso de los académicos guías.
Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas, solo un 4,6% de los habitantes del país dicen pertenecer a uno de los ocho pueblos, que son el pueblo mapuche, que corresponde a un 87,3% del total de la población que contestó que pertenecía a alguna etnia. Le siguen los aymara (7%) y los atacameños (3%). El resto de las etnias -colla, rapanui, quechua, yámana y alacalufe- suman en conjunto un 2,7%.
La académica destacó que en su visita quedó clara la importancia que tiene la diversidad étnica en los estudios de educación superior, y adelantó que su próximo paso será la elaboración de un informe con recomendaciones para las universidades del país en cuanto a integración y consideración de estudiantes que provengan de pueblos originarios, lo que declaró como una necesidad urgente.