“Cuatro espacios simbólicos Barrio Las Ánimas”, es el nombre del libro escrito a partir del proyecto de la arquitecta Claudia Jiménez, quien convocó a las antropólogas exalumnas de la Universidad Austral de Chile Francisca Poblete y Marcia Egert. La principal motivación para esta investigación fue dada por la necesidad de rescatar el valor patrimonial y la memoria asociada a un sector urbano fuertemente impactado por la intervención en su eje principal: la avenida Pedro Aguirre Cerda.
Este libro es el producto de una iniciativa financiada por Fondart Regional, postulada por la arquitecta Claudia Jiménez -residente desde hace varios años en el sector de Las Animas-, quien convocó a Francisca Poblete -antropóloga social titulada por la Universidad Austral de Chile y alumna de Magíster en Comunicación en la misma universidad- y a Marcia Egert -antropóloga titulada por la UACh y profesora adjunta de esta casa de estudios superiores-.
Según explica Claudia Jiménez, la selección de los lugares privilegió el aspecto simbólico (valor cultural, importancia para los vecinos en ese sentido) por sobre la relevancia de los mismos como hitos visuales o puntos destacables en el recorrido por la avenida.
Marcia Egert complementa que “Claudia decidió poner el foco en estos cuatro espacios, en base a su conocimiento del barrio, adquirido en su ejercicio profesional, en el marco de distintas experiencias centradas en Las Animas, entre las que destaca su desempeño en el programa Quiero Mi Barrio (MINVU)”. Los cuatro espacios relevados en esta investigación son: la gruta de Lourdes, el parque Rocura, la Subida los Castaños y el Gimnasio Las Animas.
Interesante proyecto
Egert comenta que “el desarrollo del proyecto incluyó un acercamiento etnográfico asociado a cuatro espacios de valor simbólico en los cuales se centró la investigación, entendiendo su importancia en un contexto mayor, es decir como parte de un barrio histórico en cuya configuración destaca un arraigado perfil industrial, en directa asociación a prácticas ribereñas que caracterizaron la vida cotidiana de los animeños, especialmente en el período de mayor auge industrial. En tal sentido, es relevante la memoria asociada al tráfico fluvial (hacia Valdivia o hacia Isla Teja), y por supuesto, la playa”.
“En términos metodológicos, realizamos un acercamiento etnográfico, combinado con una revisión de fuentes documentales asociadas a la historia del sector, así como la realización de planos por parte de Claudia, detallando aspectos históricos e hitos locales”, añade.
El libro integra los resultados de investigación, articulando testimonios y fotografías (muchas inéditas), facilitadas por vecinos de distintos puntos del barrio y de diferentes generaciones. A su vez, Claudia realizó los planos ilustrativos que dan cuenta de la ubicación de los espacios en que se centró la investigación, así como del emplazamiento de gran parte de los establecimientos industriales y balseos que existieron en Las Animas, especialmente en Avenida España.
La investigación considera una síntesis histórica que sitúa a Las Ánimas en un contexto histórico general dentro de Valdivia. Posteriormente, se profundiza en cada uno de los espacios simbólicos, intentando dar cuenta de cada uno de ellos, con una mirada histórica y etnográfica. Apelando, en todos los casos, a la integración de fuentes documentales y orales.
¿A qué resultados llegaron? “La idea fue, de todos modos, poner a prueba, en el curso de la investigación, el supuesto con el cual se partió, dando cabida a resultados inesperados, es decir, sin tratar de ajustar la realidad a los supuestos de la investigación. De tal forma, vimos que uno de los cuatro espacios escogidos, realmente no tiene una real significación para los animeños, si bien tiene un valor patrimonial que nos parece interesante relevar y que consideramos sería importante poner en valor. Nos referimos al fuerte español (1647-1649) que estuvo ubicado en el cerro Los Castaños”, sostiene Marcia Egert.
Por los barrios de Valdivia