“Noticias UACh” entrevistó a cada uno de los cuatro Profesores Titulares Catedráticos nombrados este año por la Universidad Austral de Chile. Uno de ellos es el Dr. Manfred Max-Neef, Profesor Titular de la Universidad Austral de Chile quien ha sido Rector de esta casa de estudios en dos periodos y además posee una reconocida trayectoria internacional.
El Dr. Max-Neef –quien posee una alta productividad académica- ha recibido distinciones en diversos países del mundo, entre ellos cuatro reconocimientos como Doctor Honoris Causa, además del Premio Nobel Alternativo de Economía. (Ver currículum in extenso en “Recursos”).
Para conocer un poco más la relevancia que tiene el reconocimiento como Profesor Titular Catedrático, conversamos con el académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas (Instituto de Economía).
¿Qué significa para usted este importante reconocimiento institucional?
“En cuanto a la institución, me parece muy positivo que se haya instaurado una categoría como ésta porque indudablemente es un estímulo adicional para los académicos. En cuanto al significado personal, es particularmente especial porque soy una persona que ha recibido muchos premios y homenajes en distintos países de prácticamente todos los continentes. Tengo el “Galardón Universitario al Honor más Elevado” de Japón y cuatro Doctorados Honoris Causa (Colombia, Jordania, Argentina y Estados Unidos) además de otros reconocimientos muy notables y muy importantes como el Premio Nobel Alternativo. Sin embargo, nunca jamás en mi vida he recibido el más mínimo reconocimiento en Chile y éste es en consecuencia el primer reconocimiento que recibo en mi país. Me alegra muchísimo que ese primer y único reconocimiento haya sido en mi casa, en la Universidad Austral”.
¿Cuál es su compromiso con la Corporación? -la vinculación, el aprecio que le tiene-
“Le tengo mucho aprecio. Llegué acá y fui elegido Rector por dos periodos; hasta la fecha el único Rector en la historia que ha sido Rector por dos periodos. Cuando terminé muchas personas pensaban que me había venido, terminaba mi Rectoría y luego me iría. Pero desde muy temprano de nuestra llegada a Valdivia decidimos que aquí nos queríamos quedar para siempre. Primero porque es una región y una ciudad con una calidad de vida espléndida, lo cual sin embargo no sería suficiente si el lugar al cual uno le dedica su trabajo no fuese algo igualmente atractivo. En ese sentido le hemos tomado un extraordinario cariño a la Universidad Austral y la siento profundamente como mi casa. De tal manera que mi compromiso con la Universidad es existencial”.
¿Cómo proyecta su liderazgo a las nuevas generaciones?
“Ese es un tema muy importante porque uno siempre, por cierto, quisiera dejar algo, una vara de la posta que la puedan tomar otros, cuando uno haya desaparecido definitivamente. En el fondo uno desea tener seguidores; no simplemente que repitan lo que uno hace sino que a partir de lo hecho sigan construyendo. Eso no siempre es fácil. He tenido la suerte en los últimos años aquí en la Universidad de tener un grupo pequeño de jóvenes muy excepcionales que están plenamente comprometidos con la línea que ha sido la preocupación fundamental académica mía y que van a ser indudablemente continuadores. Pero ahora en nuestra categoría de catedráticos, y lo propuse en la cena que nos ofreció el Rector, lo que a mí me gustaría es poder hacer algunos seminarios transversales, en que participen estudiantes de todas las Facultades porque creo que tenemos un grado de experiencia y de vida acumulada en que podemos entregar bastante y no sólo dentro de lo que fue nuestra especialidad original. En ese sentido, me gustaría aportar y hacer algo que sea realmente transversal en la línea parecida de lo que tenemos en el programa Honors, donde también participan estudiantes de todas las Facultades.
“A estas alturas es fundamental que al margen de la disciplina original que los estudiantes tengan ellos sean capaces de abrir la mente hacia perspectivas mucho más grandes y entender otros lenguajes que le permitan en consecuencia comprender mejor el mundo en que están. Eso por una razón bien sencilla: si usted hace una lista de todos los grandes problemas que enfrenta el siglo XXI -agua, cambio climático, calentamiento global, migraciones forzosas, violencia, pobreza, etc.-, usted verá que ninguno de ellos puede abordarse desde una sola disciplina específica; son todos transdisciplinarios. En ese sentido la Universidad en el mundo de hoy va atrasada, pues no está preparando profesionales que tengan capacidad de comprender el mundo que estamos viviendo actualmente”.
¿Cómo se relaciona con sus pares de otras instituciones universitarias?
“A mí lo que me interesa es la relación directa dentro de lo que deben ser las normas académicas del respeto mutuo y la absoluta honestidad intelectual. Esas son las condiciones para tener relaciones serias con alguien y esa puede ser una persona muy joven, de mucha edad, de mucha o de poca experiencia. Si cumplen esos requisitos uno aprende y también puede entregar.
“Mi relación con mis colegas de distintos lugares del mundo ha sido muy rica; muchos de mis trabajos han sido justamente en colaboración con otros colegas. En este momento está en prensa en Inglaterra un libro escrito por mí y otro querido colega que lamentablemente murió y que es muy interesante porque el coautor es un físico y no un economista. Como producto de un largo diálogo entre un físico y un economista, hemos producido un libro que se titulará ‘La economía desenmascarada’, donde hemos detectado todos los absurdos que se dan en mi disciplina y las incoherencia que presenta particularmente el modelo dominante hoy día en el mundo, que es el neoliberal sustentado en la economía neoclásica. El libro incluye también propuestas de cómo debiera ser una nueva economía coherente con los problemas del siglo XXI y cómo debiera reorientarse profunda y drásticamente la enseñanza de la economía.
“De todas las relaciones académicas y de investigación que yo tengo en el mundo, creo que la minoría son economistas. He trabajado mucho con físicos, biólogos, ecólogos, antropólogos y, en economía, he trabajado especialmente con los que están en el área de la economía ecológica. En realidad muy poco con la economía convencional, mainstream”.