‘Dado que el hecho de generar la información constituye el principal problema y que la ciencia es la principal fuente de información, la mayor preocupación de la sociedad post-industrial es organizar las instituciones científicas, las universidades y demás centros de investigación. El poder de las naciones está ligado a su capacidad científica’ (Bell, Daniel, The Corning of the Post-Industrial Society: A Venture Social Forecasting, Basic Books, Nueva York, 1975, p. 119).
Con esta cita comenzábamos un artículo de opinión publicado en El Mostrador hace exactamente dos años (https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2016/12/21/tiene-sentido-reformar-la-educacion-superior-sin-fortalecer-la-base-cientifica-y-tecnologica-existente/). Ese es el desafío que enfrentará el flamante Ministro Andrés Couve, junto a la Subsecretaria Carolina Torrealba (proveniente del programa Iniciativa Científica Milenio del Ministerio de Economía). Conocimos al Dr. Couve hace unos años, durante su estadía en el Centro de Estudios Científicos, ubicado en las cercanías de nuestra Universidad Austral de Chile.
En el último tiempo hemos conocido sus agudas y elaboradas opiniones y posturas sobre los problemas, desafíos y oportunidades de la ciencia en el país. Podemos estar tranquilos principalmente por dos razones. Primero, el Dr. Couve conoce de primera mano y en detalle el sistema científico y tecnológico del país, lo cual es primordial para que el nuevo Ministerio dialogue con propiedad con los actores relevantes para trabajar en políticas, estrategias y reglamentos que permitan instalar con éxito esta nueva repartición política y de gestión. Segundo, de acuerdo a sus planteamientos públicos, existe en el nuevo Ministro un compromiso a toda prueba, un máximo interés y una vocación de cambio respecto del sistema de ciencia, tecnología e innovación que dan garantías de una gestión potente pero a la vez dialogante.
Hacemos votos para que las nuevas autoridades representadas por el Ministro y la Subsecretaria, consideren a las universidades y centros de investigación en su justa dimensión; vale decir, la de actores esenciales del sistema de ciencia, tecnología e innovación del país.