La Dra. Erika Briceño de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Austral de Chile es parte del equipo de investigadores que patentó la invención denominada “Procesos y equipo (UCV-VK) para el control de pudriciones de frutas en post-cosecha”, desarrollada junto a la Dra. Ximena Besoaín, profesora titular de la Facultad de Agronomía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y al Ing. Agr. Cristián Canales, quien trabajó también en esa casa de estudios.
La Profesora Briceño es académica del Instituto de Producción y Sanidad Vegetal , actual Secretaria Académica de esta Facultad, trabajó junto a los mencionados investigadores, bajo el marco de los proyectos FONDEF ID1030 y FONDEF TT1024, creando esta solución a un problema específico de la exportación frutícola.
En este contexto la Dra. Briceño expresó su satisfacción, ya que no es fácil patentar en Chile, y siempre es bueno que se reconozcan las investigaciones realizadas en el país, y si uno puede contribuir a mejorar los sitemas de producción con tecnologías no contaminantes mucho mejor.
Además, valoró el trabajo desarrollado con los académicos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
“Trabajamos varios años juntos, principalmente en el diagnóstico, epidemiología y control de enfermedades de frutales subtropicales y cultivos intensivos de hortalizas y flores, que son parte importante de mi formación fitopatológica”, explicó la Dra. Briceño.
Sobre el Invento
La invención consiste en un equipo y un proceso que estimula los mecanismos de defensa de la fruta en el período de post cosecha, que la protege de posibles ataques de microorganismos e impide el desarrollo de enfermedades fungosas. Es un proceso que no utiliza fungicidas químicos, por lo tanto, no deja residuos sobre la fruta que al acumularse podrían ser peligrosos para la salud humana.
Esta innovación consiste en un baño y posterior proceso de secado de la fruta. La fruta se sumerje en un baño caliente con una solución de nitrato de calcio, para luego pasar por un túnel, donde el fruto recibe en forma uniforme una dosis específica de luz ultravioleta (UV-C).
Con este procesamiento, en los frutos se gatillan mecanismos de resistencia sistémica que los protegen de las principales enfermedades que se desarrollan en período de post cosecha, como Botrytis, Penicillium, Phytophthora, entre otros, lo que va en directo beneficio de la exportación y el desarrollo económico del país.