El aforismo «sin claridad de hacia dónde ir, todos los caminos son igualmente importantes» es aplicable a muchos aspectos de la vida, también en nuestro sector asociado a bienes y servicios de los bosques. Aquí cobra relevancia el hacia dónde, cómo, qué y cuándo, para definir un nuevo rumbo, basado en desarrollo sustentable, respecto del futuro sector forestal de Chile.
Para este sector, desde hace unas semanas existe una hoja de ruta, es decir, se ha definido una política forestal nacional con líneas estratégicas, objetivos, metas y plazos. Es valorable que después de varios intentos, diversas visiones e intereses, con la participación de actores productivos, ambientales y sociales, coordinados por el actual Ejecutivo, se haya logrado acordar un camino a seguir para las próximas dos décadas (2015-2035). Esta política forestal se basa en cuatro ejes: institucional forestal, productividad y crecimiento económico, inclusión y equidad social, y protección y restauración del patrimonio forestal. Este marco referencial de política valida nuestra visión del bosque como elemento aglutinador de diversos actores, intereses y visiones que, actualmente -y desde siempre- ha formado parte de la sociedad.
Sin embargo, este enorme esfuerzo en participación, discusión, negociación y acuerdos podría quedar en el olvido o a la espera de nuevas condiciones políticas y estructurales para su puesta en marcha. Hemos visto cómo otros esfuerzos similares han tardado varios Gobiernos en ver la luz (Ley de Bosque Nativo, nuevo D.L. 701, entre otros) y se lamentaría mucho que se repitiera esta situación. Por tal motivo, quienes coordinaron este trabajo deben continuar proactivos en la puesta en marcha y control por sus avances.
La política forestal explícita lograda en la actual administración no asegura que sea considerada por una nueva administración. La puesta en marcha de esta política forestal requiere de un compromiso con la ciudadanía, basado precisamente en la visión que la sociedad posee del bosque y sus funciones: ser un elemento que involucra el pasado, el presente y el futuro. Una política como la definida, requiere de un compromiso activo no sólo sectorial integral moderno, sino que un compromiso multisectorial e intergeneracional.
LEER COLUMNA EN EL DIARIO AUSTRAL REGIÓN DE LOS RÍOS