El académico del Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la UACh, Prof. Pablo Ojeda Hess fue recientemente premiado con el “Premio Mayor” en la categoría “Obra Mínima”, versión 2015, instancia de la Universidad Mayor en la que se premian a los mejores exponentes del diseño, arquitectura y construcción de Chile en tres categorías.
El jurado, compuesto por el equipo académico de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Construcción de la Universidad Mayor le concedió el premio al académico UACh por mayoría absoluta. Hay que destacar que esta categoría según indicó el decano, Fernando Marín Cruchaga, “busca premiar y mostrar trabajos de un programa, escala y presupuesto reducidos. Dándole un reconocimiento a proyectos que generalmente son olvidados por su trascendencia, pero que pueden constituir la síntesis de los más altos valores arquitectónicos. Síntesis, economía de medios, pertinencia constructiva y material y calidad espacial”.
La ceremonia de premiación fue realizada el jueves 17 de diciembre a las 18.30 hrs. en el Campus el Claustro de la mencionada Facultad.
Cabe mencionar que en esta misma oportunidad y en las categorías “Arquitecto Mayor” y “Obra Destacada” fueron premiadas la trayectoria y la obra de los arquitectos Miguel Eyquem y “Nave” de Smiljan Radic, respectivamente.
Esta versión 2015 corresponde a la V de este prestigioso premio, el cual ha sido concedido a destacados profesionales nacionales como Teodoro Fernández, Alejandro Beals, Fernando Pérez Oyarzún y Alejandro Aravena.
En relación a la obra de Ojeda, el decano Fernado Marín agregó que “Casa Barrios Bajos-Valdivia sin duda cumple largamente con los aspectos mencionados, pudiendo transformarse en un referente de calidad de una obra, más allá de su escala y presupuesto, para las nuevas generaciones de arquitectos”.
Pablo Ojeda es Arquitecto de la P. Universidad Católica de Valparaíso y Master of Arts por la Kunstakademie de Düsseldorf. Actualmente es profesor del Taller I de la Escuela de Arquitectura de la Uach, además de ejercer libremente la profesión en su oficina particular en Valdivia.
El proyecto Casa Barrios Bajos: una propuesta patrimonial
La casa se comenzó a construir en 1960 en Valdivia poco antes del gran terremoto y tsunami que asoló a la Región. Al momento de la catástrofe estaba en tijerales. En aquella época se diseñó y pensó como una casa-departamento para familias de la clase trabajadora de la ya algo alicaída masa laboral de la industria local. Se trataba de una casa con fines de arriendo. Dos viviendas pareadas y simétricas compartían un patio común con dos lavaderos y dos pequeñas leñeras en medio de un barrio obrero conectado directamente a la industria del borde del río de Valdivia.
La casa se construyó con restos de demoliciones y saldos de otras obras. En la década de los ochenta la casa de dos departamentos pasó a ser habitada por una sola familia, la que la transformó en una vivienda única: se dejó una puerta ciega, una de las dos escaleras fue eliminada, las dos cocinas se transformaron en una y se agregaron ventanas a la fachada norte, nuevamente obtenidas de demoliciones.
La presente constituye, entonces, la última capa de un palimpsesto que se ha venido dibujando siempre sobre la misma hoja, no solo en su formato sino en su materia. Resultaba evidente que la propia casa se había articulado a lo largo de su historia con una lógica no conservacionista en cada una de sus transformaciones: cada dueño o habitante le había cambiado algo destruyendo una estructura o pieza anterior. Nuestro gesto, entonces, se asemejaba a aquella antigua tradición sintoísta japonesa que cada cierto tiempo destruye sus templos para volver a levantarlos igual que el original. Allí el valor está dado no tanto por la antigüedad del templo, sino por la cantidad de veces que sus piezas o componentes han sido cambiados y hasta reemplazados.
Las reglas fundamentales del proyecto fueron mantener el formato de la casa, su perfil, su metraje y continuar la lógica del uso de materiales de esta. A partir de ello, la necesidad de rehabilitarla fue la excusa para reformularla. La casa debía abrir su fachada norte hacia el patio trasero. Esto permitiría aumentar su profundidad incorporando el patio como un gran espacio complementario. Las habitaciones del segundo piso debían cambiar de orientación. Una galería hacia la calle sur dejaría las piezas orientadas hacia el patio norte. El resultado fue una renovación casi inadvertida para los vecinos históricos del barrio. La idea de conservar un cierto patrimonio se sustentaba en preservar y refinar el formato de aquello que rodeaba al proyecto: ciertas tipologías, una escala, la permanencia en el tiempo de unas formas propias del lugar, características que son testimonio de una probada adaptación urbana y climática. Todas las modificaciones que ha experimentado la casa son tan solo el resultado de la adaptación de la casa a un nuevo hogar, a un nuevo estilo de vida que la habita.
Texto extraído de http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-69962014000300015