Drosophila suzukii, conocida comúnmente como la mosca de alas manchadas, ha emergido como una seria amenaza para el sector frutícola en la Región de Los Ríos. Este insecto plaga ha causado cuantiosas pérdidas entre los productores de berries y frutos con carozo, siendo el arándano, la cereza y la frambuesa sus principales hospederos. En respuesta a esta problemática, hace tres años el Laboratorio de Salud de Bosques de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la Universidad Austral de Chile comenzó a estudiar a esta mosca invasora.
Actualmente lidera su segunda iniciativa destinada al manejo integrado de D. suzukii en la región. Se trata del proyecto FIC 23-08, financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de Los Ríos y su Consejo Regional, el que marca un hito significativo en la búsqueda de soluciones para el manejo de esta plaga en la región. Bajo el liderazgo del Dr. Cristian Montalva, académico de la UACh, esta iniciativa tiene como objetivo principal diseñar e implementar modelos de Manejo Integrado de Plagas (MIP) que sean ambientalmente sostenibles, así como económicamente factibles.
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El enfoque del proyecto se centra en proporcionar herramientas efectivas para la toma de decisiones, con el fin de mitigar el impacto económico causado por la mosca de alas manchadas y las malezas en los huertos frutales de la región. Se buscará desarrollar estrategias que sean adecuadas para las condiciones locales y que promuevan la sostenibilidad a largo plazo del sector frutícola en Los Ríos. El equipo de investigación propone diseñar modelos de manejo de plagas que minimicen el uso de productos químicos, priorizando en su lugar métodos de control biológico y cultural.
Este proyecto no solo representa un avance significativo en la lucha contra D. suzukii y otras plagas en la Región de Los Ríos, sino que también refleja el compromiso del Gobierno Regional y de la UACh con el desarrollo sostenible y la competitividad del sector frutícola. “Se espera que los resultados que se obtengan contribuyan de manera tangible al fortalecimiento de la industria frutícola local y al bienestar de la comunidad agrícola en general”, indicó el Dr. Montalva.
El proyecto considera desarrollar junto con productores regionales, que corresponden a sus beneficiarios directos, un análisis de los factores de riesgo presentes en cada sistema productivo, es decir, mediante esta actividad se buscará identificar aquellos factores que pudieran estar incidiendo en una mayor vulnerabilidad de los huertos ante la plaga.
“Debido a que cada productor se encuentra en una localidad distinta y realiza un manejo agronómico del cultivo también distinto, es necesario identificar diversos factores para crear un perfil de cada beneficiario directo, monitorear la población en sus huertos y construir un modelo fenológico predictivo del riesgo del daño”, explicó el académico.
El ingeniero forestal ya estuvo a cargo de un proyecto FIC, a través del cual se generó un prototipo de formulado -a escala de laboratorio- a partir de hongos entomopatógenos nativos para mitigar la plaga mediante el control biológico. “En este nuevo proyecto se evaluará en terreno la efectividad de estas cepas como control biológico y adicionalmente se propondrán distintas estrategias de control cultural a través del establecimiento de parcelas demostrativas”, afirmó.
Todas las acciones que se tomen dentro de esta propuesta de manejo serán ambientalmente amigables, como el control sustentable de malezas en los huertos frutales, donde se buscarán diferentes alternativas dirigidas a disminuir el uso de herbicidas.
“En la actualidad las malezas son una problemática importante en huertos frutales, ya que generan una merma en la productividad, así como un aumento en los costos para su control dado que se utiliza una serie de herbicidas químicos. Esto es aún más preocupante en los productores orgánicos, quienes cuentan con pocas herramientas para su control. En este sentido, el proyecto prospectará las mejores opciones para el control de malezas con bajo impacto ambiental, considerando experiencias de manejo de malezas en otras regiones del país”, explicó la Dra. Cecilia Ruiz, investigadora del proyecto.
Aplicación del conocimiento
Los productores de arándanos orgánicos Piberries S.A., de Máfil; y Agrícola Malihuito SpA., de Los Lagos; más Agrícola Santa Julia, productores de cerezas de la comuna de Mariquina, son actualmente los beneficiarios directos del proyecto. No obstante, una de las primeras actividades y desafíos consiste en sumar a al menos 10 nuevos productores de la región.
Sin embargo, los aportes de este proyecto llegarán más allá de los beneficiarios directos, dado que el equipo de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh buscará transferir conocimientos a otros actores relevantes, para lo cual capacitará a profesionales y técnicos de servicios púbicos tales como INDAP, SAG y PRODESAL; así como a estudiantes y docentes de liceos técnicos de la región.
Asociada a esta iniciativa también está la empresa Biogram S.A., dedicada por años a la producción y comercialización de insumos biotecnológicos, que colaborará con el desarrollo del proyecto en la producción del material fúngico seleccionado con el que se realizarán las pruebas en terreno en las parcelas demostrativas. “Esta empresa producirá las cepas de hongos entomopatógenos nativos de interés y las masificará en sus laboratorios para posteriormente evaluarlas en terreno”, explicó el Dr. Montalva.
Con la puesta en marcha de este proyecto se espera continuar avanzando en la búsqueda del control de este insecto plaga, siempre de forma sustentable, de tal manera que no impacte negativamente en el medioambiente ni la salud.