Publicada en la revista Proceedings of the Royal Society B, esta investigación se centra en la especie de alga roja Gracilaria gracilis, encontrada en varias costas alrededor del mundo. A través de esta investigación pionera, científicas y científicos nos invitan a considerar que estos organismos, generalmente percibidos como simples en términos de reproducción, participan en procesos evolutivos complejos y sutiles como lo es la selección sexual.
La selección sexual, un pilar en la teoría evolutiva desde Darwin, ha sido extensamente estudiada en animales, particularmente en especies con conductas reproductivas avanzadas y elecciones conscientes. Esta selección es reconocida por fomentar el desarrollo de atributos notables en los machos, como los cuernos en ciervos o el plumaje vistoso de los pavos reales que, aunque reducen la supervivencia, incrementan el éxito reproductivo.
Crucialmente, el estudio se relaciona con los principios de Bateman, fundamentales en biología evolutiva, los cuales sostienen que, en especies de reproducción sexual con diferencias de tamaño de gametos (por ejemplo, tamaño de los espermatozoides versus los óvulos) se espera mayor variabilidad en el éxito reproductivo de los machos comparado con las hembras. En animales, sugieren que los machos al invertir menos energía en la producción de sus gametos (espermatozoides) alcanzan mayor variabilidad en su éxito reproductivo asociado a su capacidad para aparearse con múltiples hembras. Al aplicar estos principios a G. gracilis, los investigadores descubrieron una variabilidad significativa en el éxito reproductivo de los machos, proporcionando una nueva perspectiva sobre cómo la selección sexual puede operar en organismos tradicionalmente no incluidos en este marco.
A diferencia de los ejemplos animales, las algas, vistas como organismos reproductivamente simples, no habían sido consideradas en este contexto, sin embargo, este estudio cambia dicha percepción. El equipo de investigación, perteneciente al Laboratorio Franco-chileno de Biología Evolutiva y Ecología de Algas, EBEA, y del Centro de Ecología Funcional y Evolutiva, CEFE (siglas en inglés), liderado por Emma Lavaut, Myriam Valero, Steìphane Mauger, Marie-Laure Guillemin, Christophe Destombe y Mathilde Dufaÿ, realizó un análisis exhaustivo de la reproducción en una población de G. Gracilis empleando técnicas de marcadores moleculares y pruebas de paternidad en cerca de mil 500 descendientes; a partir de ello pudieron identificar factores que influyen en el éxito reproductivo de ambos sexos.
“Este trabajo es el primero que demuestra con estas herramientas que existe selección sexual en algas. Históricamente se había planteado que la selección sexual solamente existía en animales que tenían capacidades de pensar y de tomar decisiones. Pero todos los invertebrados y obviamente las plantas no estaban incluidas dentro de este grupo de organismos bajo selección sexual. Desde hace muy poco tiempo se ha abierto la idea de que la selección sexual existe en plantas y es una fuerza importante que moldea el genotipo y el fenotipo de estos organismos”, comenta la Dra. Marie-Laure Guillemin, quien es también una de las investigadoras principales del Núcleo Milenio MASH.
Aunque G. gracilis no presenta un dimorfismo sexual claro (los machos y las hembras no son fácilmente distinguibles por su apariencia), los resultados revelaron una variabilidad significativa en el éxito reproductivo de los machos, con algunos alcanzando mayor éxito que otros. Esto sugiere la existencia de características aún desconocidas que influyen en dicho éxito.
Además, el estudio desveló que, aunque elementos como la cercanía física a las hembras y el tamaño de los machos juegan un papel en el éxito reproductivo, hay otros factores esenciales aún por explorar. Se sugiere que, similar a las plantas donde los insectos y otros animales asisten en la dispersión del polen, en G. gracilis la selección sexual podría beneficiar a aquellos machos que atraen de manera más efectiva a animales marinos o cuyos gametos tienen mayor eficacia en el desplazamiento hacia las hembras.
Este descubrimiento aporta una nueva perspectiva sobre los procesos de selección en especies anisógamas (caracterizadas por una gran diferencia en el tamaño de los gametos entre sexos), como las algas rojas, al sugerir posibles procesos de selección sexual en estos organismos. Estos resultados impulsan un replanteamiento sobre cómo interpretamos la selección sexual en un espectro más amplio de la vida, desafiando la visión tradicional y abriendo caminos para futuras investigaciones en biología evolutiva.
El estudio se titula “Sexual selection in seaweed? Testing Bateman’s principles in the red alga Gracilaria gracilis” y puede ser revisado en este enlace.