Este artículo fue publicado en la Revista Agrícola
En muchas ocasiones se cree que la solución productiva en la ganadería de carne pasa por encontrar o incorporar al predio una “raza superior”, es decir, una solución única. Así entonces, tanto productores como investigadores han salido en búsqueda de este “santo grial”. Lo anterior implica que a la fecha tengamos en el país una gran diversidad de razas bovinas (de carne y doble propósito), siendo fácilmente indentificables al menos unas 20 (Angus negro, Angus rojo, Limousin, Charolais, Hereford, Polled Hereford, Blonde d’Aquitaine, Gasconne, Bazadais, Belga azul, Gelbvieh, Highland, Simmental, Murray Grey, Normande, Pirenaica, Wagyu, Overo negro, Overo clorado y Clavel (lá única raza chilena).
En cambio en el sector lechero identificamos tán sólo con claridad unas cuatro (Holstein, Montbeliarde, Jersey y Overo Negro). Ante este escenario surgen varias preguntas tales como: ¿De que forma se explica que siendo Chile un país con una masa ganadera tan pequeña (menos de 3.200.000 cabezas) tenga tanta diversidad en razas destinadas al rubro cárnico?, ¿Cómo esta diversidad de razas impacta la producción y comercialización?, ¿Cuáles son las opciones que tengo?
En parte, la primera pregunta se responde por esta búsqueda incesante de un “animal perfecto” en términos de rendimiento a la canal, calidad de producto, adaptación a las condiciones locales y maximizar la respuesta productiva. Cabe señalar que desde el punto de vista del mejoramiento genético, una mayor diversidad del pool de genes ofrece mejores opciones o posibilidades de lograr un avance genético, pero a ello debemos sumar en nuestro caso la diversidad de razas.
Es evidente que a nivel nacional no existen programas de mejoramiento de mediano y largo plazo, salvo esfuerzos puntuales de algunos productores que son apasionados de la genética animal. Por otra parte, la mayor facilidad de acceso a tecnologías reproductivas como la sincronización de celos, inseminación artificial y MOET han permitido que algunos productores o compañías puedan introducir nuevas razas al país con cierta facilidad.
A nivel mundial existen más de 250 razas de carne de las cuales como ya mencionamos unas 20 al menos estan presentes en Chile. La raza tiene una gran influencia en parámetros tales como: la tasa de crecimiento, eficiencia reproductiva, habilidad materna y características finales del producto, entre muchas otras.
Por otra parte, en el rubro de producción de carne se reconcen tres grupos o biotipos: razas británicas, razas continentales y razas compuestas o sintéticas (Bos primigenius Taurus), aunque también existe el ganado que se adapta a zonas tropicales (Bos primigenius indicus), los que no se encuentran presentes en Chile, pero si en Brasil y Paraguay, quienes son los principales países exportadores de carne bovina a Chile, y que a su vez se caracterizan por ser de menor calidad que la del ganado doméstico comúnmente conocido en el país. Las razas británcias tienen su origen en el Reino Unido y se caracterizan por tener una buena precocidad sexual, alta fertilidad, buena calidad carnicera y buena adaptación a zonas templadas.
Aunque su velocidad de crecimiento y rendimiento de canal es considerada de intermedio a buena. Las razas continentales, en tanto, tienen su origen en Alemania, Suiza, Italia, España, Francia, etc. (Europa continental), destacándose por presentar una menor precocidad sexual que las razas británicas y por requerir de un mayor tiempo para alcanzar la madurez. Son en general razas de gran desarrollo corporal (frame), buena calidad carnicera y buena adaptación a climas templados y templados fríos. Su velocidad de crecimiento y el rendimiento de canal, en general, son mayores que los de biotipos británicos.
Finalmente, las razas compuestas o sintéticas surgen de la necesidad de contar, de una manera más sencilla que la implementación de un sistema de cruzamientos sistemático, con vigor híbrido y complementación de caracteres de importancia productiva y económica. Sus características específicas dependen de las razas que se utilicen en su formación, destacando por ejemplo el compuesto MARC I, II y III cuyo nombre se basa en las las iniciales (en inglés) del Centro de Investigación de la Carne Animal localizado en Clay Center en el estado de Nebraska en Estados Unidos.
Cabe señalar que una publicación reciente del mismo centro de investigación ha señalado que durante los últimos 30 años las razas continentales han mejorado significativamente su facilidad de parto respecto de las razas británicas (9% vs 3% asistencia), especialmente las razas Simmental y Gelbvieh.
Por otra parte, los terneros engendrados de razas europeas continentales han reducido su peso al nacimiento respecto de las razas británicas (4,1 vs 1,81 kg), mientras que los terneros de toros Angus (negro y rojo) tienen un menor peso al nacimiento y mayor facilidad de parto relativa que la progenie de toros de otras razas. En el mismo estudio no se han detectado diferencias entre razas en facilidad de parto y peso de nacimiento de la progenie, aún en vaquillas que tienen su primer ternero a los 2 años. En tanto la facilidad de parto maternal ha sido mejorada en gran medida en Simmental, si se le compara con la mejora de Hereford y Angus (desde 6% más a 11% menos de asistencia en vaquillas de 2 años).
En resumen es posible señalar que las diferencias entre animales continentales y británicos se han reducido notablemente en los últimos 30 años, así las progenies de toros británicos (Hereford, Angus negro y Angus rojo) y continentales (Simmental, Gelbvieh, Limousin y Charolais) no difieren en la ganancia diaria de peso (GDP) postdestete o en la eficiencia de ganancia de peso vivo a una edad o punto de finalización determinado. La progenie de toros británicos es más eficiente (kg peso vivo ganado/Mcal) que aquella de las razas continentales a similar nivel de acabado (% grasa de la canal), mientras que la progenie de toros de razas continental europea tienen mayor eficiencia de ganancia (kg peso vivo/Mcal y producto/Mcal) que progenie de toros de razas británicas a un peso de faena de 225 kg de canal.