Desde este cinco de agosto los artistas Menashe Katz y Víctor Ruiz Santiago, ambos radicados en Valdivia, presentarán a las 19:30 hrs una exposición que une y aborda la temática del retrato desde dos aproximaciones diferentes y complementarias: el retrato subjetivo y la observación del mundo exterior. El curador de la muestra Ignacio Szmulewicz, señaló que la propuesta desarrollada por los artistas indaga en esta relación y propone al espectador un ejercicio de participación colaborativa para que pueda ser parte de la reflexión de estos dos creadores.
Menashe Katz (1952) presenta dos series de obras cuyo eje central es la exploración de la realidad interior. En primer lugar, un grupo de dibujos digitales de mediano formato realizados el año 2000 que representan escenas altamente subjetivas, donde el cuerpo del artista y su imaginario conforman un mundo de relaciones biográficas. La paleta de colores brillantes y planos lo acercan al lenguaje del pop y la publicidad, sin embargo, el trazo expresivo, gráfico y gestual señalan esa vinculación con la mano y el impulso de un medio personal. En segundo lugar, y con una estética similar, Menashe Katz presenta una serie de menor formato elaborada el 2010 donde ilumina su mundo interior con el contraste directo e intenso de imágenes provenientes de archivos y documentos fotográficos. La confluencia de lo universal con lo personal genera una situación de contraste y reflexión sobre la relación entre el sujeto y sus circunstancias. Sin embargo, ambas series están marcadas por el humor como un elemento central para pensar el retrato. Su gestualidad e intensidad, su vinculación a la animalidad, su pose y representación del cuerpo, todo confluye para tomar la historia personal desde el humor y la ironía.
Víctor Ruiz Santiago (1960) exhibe un conjunto de pinturas de pequeño y mediano formato realizadas en los últimos cinco años en base a la observación de personajes cercanos. En sus pinturas se puede seguir la tradición académica del retrato, la composición de tres cuartos, el busto y el tratamiento de las pasiones que provienen desde el Barroco en adelante. Además, la serie de óleos condensa la aproximación veloz, pulsional y volitiva de una mano que se dirige por un ojo claro y certero. La mancha es el componente central de sus pinturas; su espesura y densidad, color y textura, le entrega una cualidad táctil al medio de representación más tradicional del arte. De este modo, Víctor Ruiz Santiago construye una galería de personas, una constelación de rostros que pululan en su horizonte, siendo el arte y la pintura los medios de captación y transmisión de la esencia y la corporalidad que desaparece. Lo crucial es el tránsito entre el cuerpo de otro y la fijación gestual y expresiva de la pintura que demuestra el ejercicio pictórico propio de un lenguaje construido conscientemente.
La muestra busca poner en tensión ambas modalidades del retrato, un género que extiende su historia hasta el Renacimiento temprano. En las dos se pueden leer las señas que separan los campos de la figuración durante el siglo XX. En los dos es posible revisar la herencia de van Gogh, Soutine, Ensor, Munch, Bacon, Freud y Jenny Saville. La pintura, el gesto, la gráfica, la expresión, y la relación entre la subjetividad y el mundo exterior son alguno de los conceptos que pueden leerse en la obra de Menashe Katz y Víctor Ruiz Santiago.
Finalmente, como una manera de acercar al público a la noción de retrato, se ha dispuesto de un muro donde de manera colaborativa se irán incorporando las expresiones que los participantes dispongan en base a un ejercicio sencillo: retratar a otro que se encuentre visitando la muestra al mismo tiempo.