El interés por tomar medidas que apunten a la permanencia de huemules en predios de Forestal Mininco ubicados en la región de Aysén llevó a la empresa y a un grupo de investigadores de la UACh a evaluar la presencia estos animales en sitios con plantaciones de pino ponderosa y a desarrollar estrategias para que puedan coexistir con las actividades forestales.
Los resultados de este trabajo fueron publicados recientemente por la Revista Bosque (https://www.revistabosque.org/index.php/bosque/article/view/735) -de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh- donde se expone una de las principales conclusiones, la que apunta a que, con un manejo adecuado, es posible que los huemules permanezcan en áreas gestionadas forestalmente.
El equipo del proyecto se encargó de estimar variables ambientales que determinaran la presencia de huemules y realizó un monitoreo utilizando cámaras trampa. Uno de los hallazgos más significativos fue comprobar que los huemules cruzaban por debajo cercos para entrar a los predios. “Así surgió la idea de hacer un experimento y modificar el cerco para observar si es que esas modificaciones servían para que los animales pudieran pasar de un área a otra con mayor facilidad. Cortamos el cerco entre 30 y 50 cm entre el último alambre y el suelo en aprox. 4,5 km de esta barrera”, explicó Paulo Corti, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh, aclarando que esta medida no permitía el ingreso de ganado.
“La presencia del ganado es mucho más negativa para la presencia de huemul que, por ejemplo, un manejo forestal adecuado con densidad de árboles apropiada que permita el crecimiento de matorral o soto bosque” indicó.
El experimento dio resultados positivos, ya que se observaron indicios de que los huemules usaban el paso donde se había recortado el cerco. “Nos dimos cuenta con los análisis que hicimos después, que los animales ocupaban las áreas que nosotros habíamos modificado, pero también otras que poseían características similares, es decir, tenían un mínimo de 50 centímetros entre el suelo y al alambre”, señaló Corti.
Aportes a la conservación
El huemul es un animal nativo en peligro de extinción, cuya población fluctúa entre 1.500 y 2.000 animales entre Chile y Argentina. Las acciones que se realicen en pro de mejorar su hábitat aportan también a la permanencia de su población. En este caso, este estudio generó cambios permanentes de parte de la empresa. “Luego del monitoreo pudimos sugerir medidas para que la forestal adoptara, como por ejemplo que la densidad de árboles fuera menor a la que existía en otros predios. Esto permite que entre los pinos entre más luz y, por lo tanto, que se mantenga un sotobosque, lo que hace que lleguen los huemules. Eso se mantiene hasta el día de hoy”, afirmó.
Si bien este proyecto se inició el año 2014, la publicación de estos resultados se llevó a cabo este 2024. La empresa continua los monitoreos con una ONG de la región. “Fue muy positivo porque se mantuvo este interés de la empresa y también porque involucró a personas de la región de Aysén”, enfatizó el académico.
Pero sin duda, la conclusión más interesante de este estudio, de acuerdo con el Dr. Corti es la conexión que se puede generar entre áreas protegidas. “Siempre existe el conflicto entre lo productivo y la conservación de especies como ésta, pero si se logra incluir estas áreas productivas -como las áreas de manejo forestal- dentro de un manejo distinto, puedes generar conexión entre áreas protegidas y compatibilizarlas. Entonces si tenemos una reserva o un parque cerca del área de trabajo, se puede crear un espacio un poco mayor que no forma parte del área protegida estatal, pero que sí tiene un manejo distinto y, en consecuencia, el hábitat ya no resulta tan hostil para los animales. Esto genera también un “buffer” o área de transición que permite que el contacto entre el área productiva y área protegida no sea tan abrupto”, explicó el investigador.