El deshielo más alto observado hasta la fecha es lo que calcula un grupo de expertos del equipo de investigación de glaciares GlacioUACh de la Universidad Austral de Chile, liderado por el físico Dr. Marius Schaefer en colaboración con el glaciólogo José Luis Rodríguez y Paul Sandoval Quilodrán, del Magíster en Recursos Hídricos de la casa de estudios. Las mediciones se realizaron en el glaciar Mocho -ubicado en la Reserva Nacional Mocho-Choshuenco-. El derretimiento de hielo y nieve en el período 2022-2023 se estima entre 13 y 15 millones de metros cúbicos de agua, lo equivalente a 6 mil piscinas olímpicas.
“Si seguimos quemando combustibles fósiles el ritmo se seguirá aumentando y a fin del siglo casi no quedará glaciar. No tenemos ningún estudio que pueda atribuir claramente esta alza a un factor en específico. Pero los sospechosos son claramente el aumento de temperatura y la reducción en la precipitación”, recalcó el Dr. Marius Schaefer, investigador del Instituto de Ciencias Físicas y Matemáticas de la UACh.
Regidos por la Estrategia Nacional de Glaciares de la Dirección General de Aguas del MOP, el grupo de glaciólogos y montañistas visita el área en promedio entre octubre-abril una vez al mes y entre mayo-septiembre dos veces al mes, con el fin de conocer el estado del glaciar Mocho. Para ello cuentan con una red de 11 balizas instaladas sobre el glaciar, lo que permite cuantificar la nieve acumulada en el período invernal y la nieve y hielo que se derrite durante el período estival. La información es complementada con mediciones de estaciones meteorológicas, GPS, Radar y Lidar.
En consecuencia, entre los aspectos que los científicos más destacan son los siguientes.
“El retroceso de una de las lenguas que estamos monitoreando y la aparición de una laguna pro-glacial, que ahora ya no tienen contacto con el glaciar. También la aparición de nuevos nunataks (islas de rocas dentro del glaciar). Al comienzo solamente se asoman una roquitas pero después crecen rápidamente y cambian mucho el paisaje”, señaló el físico de la UACh.
“Lo que más me sorprende es que a pesar de tener un año 2022 con relativamente gran acumulación de nieve, el verano fue tan intenso que igual generó un retroceso del glaciar”, dijo Paul Sandoval.
“El retroceso del glaciar Mocho desde el 2008 es preocupante, como se puede observar en las fotografías que nosotros mismos hemos podido registrar durante el tiempo que llevamos el monitoreo”, complementó José Luis Rodríguez.
El trabajo realizado en el glaciar Mocho es el estudio más extenso llevado a cabo en la zona sur del país. Las mediciones iniciaron en 2003, año en el cual se registró un deshielo claramente menor, de 4.5 millones de m3 (mil 800 piscinas olímpicas). Dos décadas más tarde el aporte hídrico del glaciar prácticamente se ha triplicado. Lo anterior permite dilucidar la importancia del monitoreo de estos cuerpos de hielo, siendo clave para entender la interacción pasada, presente y futura entre los procesos climáticos, glaciológicos e hidrológicos en el territorio.