Once estudiantes y tres académicos de la Facultad de Ciencias Veterinarias, pertenecientes al voluntariado AMIVECC (Amigos Veterinarios de los Caballos Carretoneros), viajaron hasta Isla Huapi en Futrono para realizar un operativo con los animales de una comunidad mapuche, iniciativa que se extendió por tres días y que se suma a otros tres operativos realizados por la agrupación en lo que va del año.
«Los equinos que hay en la isla prácticamente no tienen ningún manejo veterinario, entonces fue muy bueno poder ir hasta allá y enseñarles a las personas algo de despalme (corrección en el casco de los caballos) y herraje. Además hicimos exámenes veterinarios y algunas castraciones, entre otros procedimientos, incluso en novillos, lo que no es parte de lo que hacemos pero que significa un gran aporte para los habitantes de esa comunidad», detalló Marianne Werner, académica que coordina el voluntariado.
Detalles de los operativos
Los operativos que realiza AMIVECC, tanto en comunidades rurales, como con caballos carretoneros de ciudades, no tiene ningún costo para los usuarios. En ese sentido, es la agrupación la que a través de proyectos y autogestión financia herraduras, medicamentos y todos los materiales que se requieran en los procedimientos.
Al respecto, la Dra. Werner explicó que el operativo en Isla Huapi fue posible gracias al apoyo de Vicerrectoría Académica y de la Unidad de Extensión de la Facultad de Ciencias Veterinarias. Además contaron con apoyo de la Municipalidad de Futrono, la que a través de su Programa de Desarrollo Territorial Indígena, costeó el traslado en barcaza de la agrupación, además de proveerlos de parte de la alimentación y gestionar el alojamiento.
«Hoy, tenemos solicitudes para ir a otros sectores pero se vuelve un poco difícil sin recursos. De todos modos queremos volver a la isla y hacer algo en reproducción, algunas inseminaciones a yeguas con razas más pesadas», dijo la docente, junto con destacar la importancia de poder ir a lugares como Isla Huapi, «por el alto impacto social y porque los estudiantes pueden conocer otras realidades, como la de estos pequeños agricultores que viven en una isla donde no hay luz eléctrica eléctrica ni agua potable».