Hace 32 años se elimina la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales por parte de la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud, motivo por el cual, se toma esta fecha para conmemorar el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, conceptos un tanto errados si pensamos en denominar un miedo extremo como es la fobia a los discursos abiertamente de odio que se levantan en torno a la población LGBTIQA+.
Estas fechas si bien reivindican la diversidad humana, hace un homenaje a las víctimas de crímenes de odio, pero también nos interpelan como sociedad a qué acciones podemos emprender para poner fin a los actos de discriminación, violencia y odio que lamentablemente siguen existiendo hacia las lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales.
Es por ello que el desafío de las instituciones educativas debiese ser convertirse en espacios seguros, inclusivos y libres de discriminación como se plantea en la actual Reforma Educacional chilena, se busca garantizar el acceso y trayectoria de los estudiantes a una educación inclusiva y de calidad, en donde cobran especial relevancia aquellas diversidades que históricamente han sido excluidas y discriminadas.
Si bien estos grandes desafíos pueden verse como una sobrecarga a las labores que la educación cumple, es innegable que las instituciones educativas son uno de los pilares fundamentales de la sociedad y las escuelas particularmente, espacios donde ocurre la primera socialización, pero también donde se refuerzan muchas veces roles y estereotipos de género los cuales están en la base de futuros sesgos, discriminaciones y violencia de género.
Ante las últimas medidas que se han estado tomando desde el poder central, es necesario recalcar que más allá de la elaboración de protocolos y manuales de buenas prácticas que corren el riesgo de quedarse en el papel, se requiere un trabajo serio y prolongado en el tiempo, donde se realice una real sensibilización y formación del tema a las y los docentes, paradocentes y comunidad educativa en su conjunto, lo cual implora un cambio de paradigma de la educación, de la formación docente y de los proyectos educativos de los establecimientos, que reconozcan y promuevan la importancia de la diversidad humana, convirtiéndose en un factor protector y no más transmisor ni reproductor de desigualdades ni discursos de odio.
Educación sexual integral por una vida libre de discriminación y violencia para todas, todos y todes.