El Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación se encuentra realizando el ciclo de webinar Cambio climático: Evidencia científica y recuperación resiliente y sostenible, preparado por el Comité Científico sobre Cambio Climático como una oportunidad para retribuir el trabajo desarrollado por la comunidad científica en la preparación para la COP25. Estas actividades tienen por objetivo difundir las principales recomendaciones de las mesas de trabajo del Comité Científico y reflexionar sobre estas propuestas, que son un insumo para políticas públicas en materias de adaptación, mitigación, ciudades, agua, biodiversidad, océano y antárctica.
*Ver video de charla.
El martes 21 de julio fue el turno de la presentación de la Mesa de Biodiversidad, dentro de la cual se encuentra la sub-mesa Cambio de uso de suelo, coordinada por el académico Dr. Antonio Lara, de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la Universidad Austral de Chile e investigador principal del Centro de Ciencia de Clima y la Resiliencia (CR)2, junto al Dr. Adison Altamirano, de la Universidad de la Frontera.
En la charla Biodiversidad para la toma de decisiones participaron la Dra. Evelyn Habit (investigadora EULA), la Dra. Mary Kalin (IEB) y el Dr. Antonio Lara (UACh).
El Prof. Lara presentó la labor que realizaron entre julio y octubre de 2019 a partir de la cual se elaboró un documento cuyo objetivo fue compilar y presentar un informe sobre evidencia científica disponible sobre cambios de uso de suelo y sus impactos. Dicha sub-mesa contó con la colaboración de 18 investigadores provenientes de 13 instituciones.
El académico explicó de qué se trata la destrucción y degradación de bosque nativo. “Existe pérdida y degradación del bosque nativo por cambio de uso de suelo, incendios y tala ilegal de bosque, además de severos impactos humanos en humedales y turberas agravados por las especies invasoras. Durante las últimas dos décadas se han perdido o degradado entre 60 a 70 mil hectáreas de bosque nativo al año”, afirmó el Dr. Lara, y agregó que cuando se produce un cambio de uso de suelo, esto provoca una importante pérdida del carbono almacenado en la biomasa. “Los ecosistemas forestales emiten carbono, a raíz de los incendios, como ya se mencionó, pero también por las cosechas de plantaciones de pinos y eucaliptos y los procesos de producción de pulpa y otros productos”, explicó.
Propuestas desde la ciencia
Recalcó que en las medidas propuestas por la sub-mesa Cambio de Uso del Suelo para la definición de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC) comprometidas por Chile ante la COP25 contemplan mayores ambiciones y que además son propuestas concretas, que tienen que ver con generación de conocimiento. “Son medidas a las que se puede comprometer un país, en este caso Chile, para mitigación y adaptación al cambio climático”. Entre ellas se encuentran: manejo de plantaciones para constituir paisajes diversificados, reducir las tasas de conversión y degradación de bosque nativo, modificar el reglamento de aguas, suelo y humedales, comprometerse a dictar la ley que crea el Servicio de Biodiversidad, dictar una ley de ordenamiento territorial vinculante, establecer un plan de restauración de ecosistemas con un presupuesto determinado, constituir un panel de expertos para definir metodologías para monitoreo, registro y comunicación de procesos de destrucción y degradación de bosques y otros ecosistemas naturales, y financiar centros de investigación interdisciplinaria sobre mitigación y adaptación al cambio climático.
Cabe mencionar que las NDC (Contribuciones Nacionalmente Determinadas) nacen del Acuerdo de París y se refieren a los esfuerzos que distintos países realizarán con el fin de reducir sus emisiones para la mitigación del cambio climático.
El Dr. Lara expresó que “afortunadamente luego del proceso de participación ciudadana en la definición de las NDC de Chile, hubo incorporación de algunas de las recomendaciones que se plantearon, no solo de parte de nuestra sub-mesa, sino también de muchos grupos de la academia y de la sociedad civil”. Un ejemplo de ello es el caso de las turberas, las cuales antes no estaban contempladas en los NDC. La sub-mesa y otros grupos plantearon la urgencia de protegerlas por ser grandes reservorios de carbono. La nueva NDC indica que al 2030 se habrán desarrollado indicadores para la evaluación de la capacidad de adaptación y mitigación de las turberas y se implementarán acciones para potenciar estos co-beneficios en cinco áreas protegidas públicas o privadas.
El Dr. Lara expresó que, no obstante estos avances, continúa la NDC referida a comprometer la plantación de 100 mil ha de cualquier especie (incluidos pinos y eucaliptos) sometidos a talas rasas y rotaciones cortas. “Esto contradice toda la evidencia científica que hemos presentado respecto a que estos ecosistemas no aportan al almacenamiento de carbono, debido a las emisiones por cosechas, incendios y la industria forestal”, afirmó.