Frente a la construcción del mall de Castro, el Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Austral de Chile opina:
Más allá del normal interés económico que tienen edificaciones de este tipo, existe un escandaloso y desvergonzado afán de lucro desmedido detrás de cada uno de los proyectos de esta naturaleza. Lo anterior ha dejado en evidencia, no solo la falta de una normativa estricta para enfrentar la construcción de objetos arquitectónicos monumentales, como el dispuesto en la ciudad de Castro; sino al mismo tiempo la vulnerabilidad en la cual se encuentran las municipalidades, al enfrentar enormes conglomerados económicos dispuestos a presionar en todas las esferas posibles para sacar adelante las obras.
Con todo lo obvio que resulta lo dicho previamente, hay que señalar que la normativa chilena estipulada en el “Reglamento del sistema de evaluación de impacto ambiental” declara expresamente la necesidad de elaborar estudios de impactos ambientales en los siguientes casos: Titulo 1, del reglamento, artículo 10.- “El titular deberá presentar un Estudio de Impacto Ambiental si su proyecto o actividad genera o presenta alteración significativa, en términos de magnitud o duración, del valor paisajístico o turístico de una zona”.
A objeto de evaluar si el proyecto o actividad, incluidas sus obras y/o acciones asociadas, en cualquiera de sus etapas, genera o presenta alteración significativa, en términos de magnitud o duración, del valor paisajístico o turístico de una zona, se considerará:
a) la intervención o emplazamiento del proyecto o actividad en zonas con valor paisajístico y/o turístico;
b) la duración o la magnitud en que se obstruye la visibilidad a zonas con valor paisajístico;
c) la duración o la magnitud en que se alteren recursos o elementos del medio ambiente de las zonas con valor paisajístico o turístico;
d) la duración o la magnitud en que se obstruye el acceso a los recursos o elementos del medio ambiente de las zonas con valor paisajístico o turístico; o
e) la intervención o emplazamiento del proyecto o actividad en un área declarada zona o centro de interés turístico nacional, según lo dispuesto en el Decreto Ley Nº 1.224 de 1975.
De lo anterior poco y nada sabemos. Persiste la interrogante acerca de si se presentó una evaluación y si fue así, cuáles fueron las características de tal estudio, ya que las evidencias saltan a la vista respecto del tremendo impacto de la obra.
Por otro lado, el grave daño patrimonial que se ha infringido a las construcciones patrimoniales como la iglesia y otras presentes en la ciudad, hace necesario establecer la urgencia de una protección férrea de este tipo de construcciones. Aquí no se trata de realizar un maquillaje estético de fachadas de madera u otras posibles alternativas de enmascaramiento, sino más bien de acordar la escala que tiene la ciudad. De esta manera podremos establecer la envergadura de las nuevas edificaciones. Sin duda la escala de un mall debe estar regida por las dimensiones urbanas presentes y debe poder insertarse sin esfuerzo en el interior de una ciudad, dialogando con las otras edificaciones.
En otro orden, declaramos nuestra preocupación respecto del entorpecimiento al desarrollo de las economías locales, siendo éste un aspecto relevante, ni siquiera pensado por la Municipalidad de Castro. Existe la remota posibilidad que los negocios locales, familiares, etc., puedan convivir armoniosamente con la instalación del futuro mall. En éste mismo sentido, existe en la ciudad de Castro un sector económico tan poderoso que pueda ocupar todos los locales comerciales que se abrirán al público. Todo será una gran incógnita difícil de dilucidar hasta la apertura del mencionado mall.
Nos parece pertinente que en conjunto con obras destinadas a ser espacios de consumo, como es el caso del mall, también se establezca la urgencia de grandes proyectos de espacio público, equipamiento público, etc. que puedan convivir con otro tipo de actividades y que contribuyan a facilitar la vida en comunidad en nuestras ciudades.
Este modelo de ciudad al cual apunta el proyecto del mall, es ajeno a lo que como instituto creemos debe orientarse un país que está pensando en un futuro más sostenible. Al respecto las ciudades más sostenibles, no solo son más bellas, sino también estimulan un estilo de vida más social; son ciudades con economías vibrantes generadoras de riqueza para toda la población en su conjunto, y no solo para un grupo de privilegiados; son ciudades que respetan su patrimonio, conservan sus sistemas naturales. En fin el ejemplo del mall es un caso nefasto de errores de una tremenda envergadura que no debemos seguir permitiendo en nuestras ciudades.
Atentamente
Instituto de Arquitectura y Urbanismo
Facultad de Ciencias de la Ingeniería
Universidad Austral de Chile