Una expedición extrema y riesgosa al punto más meridional del continente –la isla Cabo de Hornos– realizada durante 2019 fue recientemente narrada en la revista National Geographic, que financió este viaje con el propósito de ir en la búsqueda del árbol más austral de la Tierra. En dicha expedición participó el académico Dr. Iván Díaz, del Instituto de Conservación, Biodiversidad y Territorio de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la Universidad Austral de Chile.
“Mi misión fue estudiar las plantas epífitas de los doseles más australes del mundo. Estuvo bien bonito, pero intenso y riesgoso”, comentó el académico. El Dr. Díaz explicó cómo es el paisaje que estudiaron: “las condiciones de la Isla Hornos, en el Cabo de Hornos son muy extremas: vientos muy intensos, lluvia, granizo. Un paisaje dominado por una mezcla de turberas, arboles achaparrados y matorrales espinosos hacía difícil la caminata por muchos lugares. Navegamos por uno de los mares más tempestuosos del mundo, para llegar a uno de los sitios más prístinos del planeta”.
En cuanto a la vegetación existente, el académico señaló que muchos de los bosques se caracterizan por ser muy bajos, menos de 1 metro y medio, pero son árboles centenarios. “En una ladera encontramos un bosque un poco más alto, con árboles de 8 metros de altura. Estudiamos la flora en 15 árboles, principalmente musgos y líquenes, y un par de helechos”, indicó.
La importancia de esta iniciativa radicó en los escasos estudios existes en esta zona, ya que muy pocas expediciones científicas han visitado esta área. “El lugar es extremo, los bosques tienen prácticamente una sola especie de árbol, pero son un mundo diverso de plantas menores, musgos y líquenes. Está lleno de vida, mucha fauna marina, aves marinas que nidifican en tierra, aves terrestres que se mueven de isla en isla. En Isla Hornos habitan grandes colonias de pingüinos que traen nutrientes del mar a la tierra. El mar tiene una gran influencia en los bosques de Isla Hornos. Además, es un paisaje dominado por el viento, y donde efectos globales como el cambio climático están cambiando la distribución de los árboles. Así lo mostró el descubrimiento del árbol más austral del mundo. Por nuestro lado, aún seguimos trabajando en documentar cómo es la flora de los doseles más australes del mundo”.
La expedición narrada en National Geographic puede leerla en este enlace.