Mezclando formatos y estilos el fotógrafo y académico valdiviano Abel Lagos, construyó una interesante exposición inspirada en las doce comunas que conforman la Región de los Ríos. Con imágenes en blanco y negro, muestra el paso del tiempo, la huella del hombre que quedó inconclusa colgando del silencio húmedo, como él mismo la define.
En conversación con Noticias UACh, Abel Lagos comentó las características de esta muestra, la cual se puede disfrutar hasta el 30 de marzo en el Museo de Arte Contemporáneo MAC- UACh de nuestra ciudad.
“No fue mi idea hacer de cada fotografía un carnet de identidad de cada comuna. Me di cuenta que, mientras fotografiaba, no podía dejar de imaginar las cosas que aquí ocurrieron. Quise ver los fantasmas que se filtraban por las grietas de las tablas, oír sus conversaciones, sentir el olor a humo y a animal, a hierba seca y a humedad”, indicó.
La muestra trata sobre los lugares olvidados, los que no están en las guías turísticas, “a nadie lo invitan a ver por ejemplo la estación de Reumén, que está completamente abandonada y habitada por alcohólicos. Sin embargo, tiene un potencial fotográfico. Eso es algo que propongo, que todos estos lugares abandonados tienen esa característica para el fotógrafo atento a la luz y sus efectos. Todas estas imágenes de la muestra provienen de allí. También tenemos la presencia del espectador atento que escudriñas imágenes y activa significados y sentidos múltiples : esto tiene que ver con la alfabetización visual que es algo que no se enseña en las escuelas . Muchos se quedan con las marcas sobre el papel, en lo que es inmediatamente reconocible , en la “narrativa” y no son capaces de remontar el trabajo productor lo que podría llamar su finición estructural de la foto. Para mí se trata más bien de la fotografía, de lo que es fotográfico en la fotografía, aquella parte que tiene que ver con la construcción, que tiene que ver con todos los aspectos que hacen que una fotografía sea lo que es y no otra cosa, que no lo puede hacer ni la pintura ni el cine” señaló Lagos.
“Hay un nombre que yo le he dado vuelta y que lo quiero llamar fotografiedad, porque no existe una palabra para designarlo, así como en literatura los formalistas rusos inventaron la palabra literaturnost, alrededor de los años 20 en Rusia . Esta palabra quería decir leterariedad que es aquello que hace que una obra literaria sea lo que es y no otra cosa. Entonces yo aplico la misma fórmula para la fotografía”, comenta el artista.
Para él la fotografía es como la literatura “nunca he encontrado que exista un divorcio entre ambas disciplinas, sino que son maneras diferentes de dar cuenta del mundo: la fotografía se constituye en epistema. La narrativa que escribí era siempre un juego con las formas y con el leguaje, de manera que aquí en la muestra vuelve a aparecer esta temática que es más práctica, es decir volver a trabajar con lo icónico antes que con lo puramente simbólico , el texto escrito.
“Para mí la fotografía es un proceso de construcción, como en el lenguaje, cuando se escribe se tienes mucho cuidado en el orden del sintagma y con la selección paradigmática. La construcción es muy importante, cómo coloco un elemento al lado del otro, para obtener un resultado de sentido esperado del público. Es embaucar , seducir, escudriñar”, indica.