Para la Universidad Austral de Chile, la década del 90 comenzó con la Rectoría de Erwin Haverbeck. Atrás quedaba un difícil periodo histórico para el país, y se avecinaban nuevos desafíos dentro de un sistema educacional que afrontaría significativos cambios.
Chile iniciaba un camino de recuperación y de reinserción en el contexto internacional, y de algún modo, la UACh debía asumir el mismo reto con la clara convicción que se requería reiniciar un fuerte proceso de desarrollo que se potenció en las siguientes gestiones rectoras. Con Erwin Haverbeck comenzaba una etapa de consolidación a la que aportó de manera importante Manfred Max-Neef y que continúa hoy con Carlos Amtmann y su política de renovación y modernización institucional.
La Recuperación
Los primeros cuatros años de los noventa tuvieron como uno de los principales ejes de la administración universitaria revertir las oscuras cifras financieras que arrastraba la Corporación, producto en gran medida del recorte del aporte estatal que se había producido en las décadas anteriores.
El propio Haverbeck admite que toda su labor se centró en ordenar el presupuesto institucional como un elemento básico para su desarrollo. «A esto nos dedicamos el 90% del tiempo. La Universidad no podía funcionar sin recursos por lo que se implementó un riguroso control de gastos y al mismo tiempo, se reformularon los aspectos más gravitantes de la estructura institucional», dice.
En este sentido, las principales tareas se avocaron a redefinir el funcionamiento del Campus Pelluco, hoy Campus Puerto Montt, análisis de currículos y la oferta de nuevas carreras, así como las remuneraciones de los docentes y la apertura de una sede en Coyhaique, entre otros ítemes.
Un segundo ámbito de acción, tanto o más relevante para el impacto de la Universidad en el progreso del sur de Chile, fue la readecuación de sus carreras basado en dos principios: la excelencia académica y la responsabilidad social que implicaba el ofrecer formación profesional que respondiera a las necesidades que presentaba fundamentalmente la zona.
Durante este proceso el Ministerio de Educación hizo un cambio radical en la política de financiamiento de las universidades que se tradujo en la formulación de un nuevo sistema de financiamiento estudiantil que reemplazaría al cuestionado Crédito Universitario por el de un Fondo Solidario para la Educación Superior.
La Expansión
La actividad cultural y de extensión continuó adelante. Una pérdida que se dejó sentir en la comunidad fue el final de las transmisiones del canal de Televisión local, bautizado como Canal 10, que había logrado cierto posicionamiento en las preferencias locales. Como contraparte se sentaron las bases para la construcción del Museo de Arte Contemporáneo, se inauguraba el Festival Internacional de Cine de Valdivia y nacía la Dirección de Extensión de la Universidad Austral de Chile.
Julio Mariángel (quien por más de dos décadas ha dirigido el Ballet Folclórico, BAFUACh) llegó a la UACh en 1972, cuando la unidad era una Vicerrectoría de Extensión y Comunicación, a cargo de Mauricio Van De Maele. Desde entonces, se ha mantenido ligado a su funcionamiento por lo que conoce a fondo los altos y bajos de su papel dentro del quehacer universitario. «En aquella época, la extensión era muy importante para la Universidad, una gran cantidad de docentes desarrollaba extensión dada la relevancia que tenía para el currículum», puntualiza.
En la actualidad, Mariángel es director de esta unidad y recalca que uno de los grandes desafíos que tiene esta área es la acreditación del trabajo de expansión como elemento importante de la carrera docente y al mismo tiempo, genere una estrategia que involucre a todo el sur de Chile.
Así y todo, la UACh ha logrado un prestigio dentro del quehacer artístico y cultural, donde destacan disciplinas como el BAFUACh, música y plástica principalmente. Para Julio Mariángel la potencialidad que encierra un buen trabajo de extensión está en los espacios que abre para la promoción de la universidad y la difusión de sus carreras, junto con un aporte vital a la comunidad, después de todo, esta casa de estudios regional se posiciona como la de mayor prestigio de la zona sur austral de Chile, formando parte del selecto grupo de universidades complejas en las que realiza actividades de docencia, investigación, postgrado, extensión y servicios.
La Era Modernizadora
Manfred Max-Neef, destacado economista con numerosos vínculos internacionales, encabezó los dos siguientes períodos (1994-1998 y 1998-2002), marcando una nueva estrategia de posicionamiento de la UACh que perdura hasta hoy con exitosos resultados.
La Universidad Austral de Chile cumplía sus primeros 40 años de agitada existencia. En la oportunidad, el rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Juan de Dios Vial Correa, en la ceremonia de reconocimiento al Rector Fundador, Doctor Eduardo Morales decía: «cuando supimos de la creación de la UACh, la verdad es que nos parecía una broma. Para nosotros… Valdivia era una ciudad alejada, a la que no había siquiera un camino pavimentado para llegar desde el centro; una universidad alejada y aislada». Cuánta agua había pasado bajo los puentes valdivianos desde aquel entonces. En 1994, Valdivia vivía otra realidad y la Universidad se aprontaba a experimentar una productiva época de cambios y de buenos frutos.
De esta administración, destaca el aumento de las donaciones externas para la UACh y el significativo aporte del empresario David Nahmías para la construcción de un edificio que sería símbolo y presagio de una era de renovación arquitectónica de los campus universitarios gracias a los proyectos Mecesup.
Entre los avances más significativos estuvo la implementación de los servicios informáticos, los que se han ido consolidando significativamente en el siguiente período bajo la Rectoría de Carlos Amtmann.
Eugenio Ponisio, actual director del Centro Informático de la UACh y núcleo del desarrollo que está experimentando la UACh en esta materia, señala que lo que se ha querido es diversificar y enriquecer la oferta de servicios, integrar información de los distintos sistemas y asegurar el pleno funcionamiento de la plataforma tecnológica»
A la puesta en marcha del sistema curricular, en 1997, se cuenta hoy con servicios innovadores como la Intranet de la UACh, el pago en línea de las remuneraciones, la implementación del sistema de bienestar y del Info Funcionarios, entre otras aplicaciones que se inauguraron durante el 2004 y 2005. «Como proyección la UACh (www.uach.cl) cuenta con una tecnología disponible con productos de clase mundial que permiten una mejora en la eficiencia administrativa y sobre todo, que servirá de base para la generación de contenidos y modalidades de desarrollo académico», afirma.
Durante esa década, también se renovó el Sistema de Bibliotecas, modernizando el servicio y dotación de literatura. Se construyó un nuevo edificio para la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, las Escuelas de la Facultad de Ciencias y un imponente teatro universitario conocido como el Aula Magna. También se amplió el Instituto de Microbiología Clínica con un laboratorio especializado en el diagnóstico del Virus Hanta, único a nivel nacional y se amplió el casino central, entre otros avances. Desde el punto de vista presupuestario, la deuda externa de la UACh prácticamente había desaparecido.
En 1996 se entregaron por primera vez los premios «Jorge Millas» y «Luis Oyarzún», siendo los primeros reconocidos el filósofo Humberto Giannini y el antipoeta Nicanor Parra.
La Acreditación
Después de un segundo período a la cabeza de la rectoría de la UACh, Manfred Max-Neef fue sucedido en el cargo por el actual rector Carlos Amtmann, a quien le ha tocado dar continuidad y consolidación a los procesos de acreditación. El proceso se iniciaba a diferentes niveles, mientras la UACh formaba parte del p