Este miércoles 02 de noviembre se realizó la inauguración del IV Congreso Internacional de Dramaturgia Hispanoamericana Contemporánea, que convoca a destacados dramaturgos, investigadores y estudiantes de pre y postgrado, tanto nacionales como extranjeros, en la Universidad Austral de Chile. Esta actividad, en su cuarta versión, es organizada por el Magíster en Literatura Hispanoamericana Contemporánea de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile, el Magíster en Artes de la Pontificia Universidad Católica de Chile, la Carrera de Actuación Teatral de la Universidad de Valparaíso, el Grupo de Investigación Lenguajes Escénicos Teatro de los Programas de Postgrado en Literatura de la Universidad de Concepción y el Departamento de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Río Negro.
Durante la ceremonia, el Prodecano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UACh, Dr. Mauricio Mancilla, invitó a los asistentes a disfrutar de esta actividad, aún en medio de las especiales circunstancias que vive el país. “Es una tenacidad poder volvernos a reunir aquí en una actividad académica y poder sacarla adelante en conjunto”, señaló.
Por su parte, el Dr. Roberto Matamala, Director del Magíster en Literatura Hispanoamericana Contemporánea de la Universidad Austral de Chile, en representación de la Comisión Organizadora del IV Congreso Internacional de Dramaturgia Hispanoamericana Contemporánea, señaló la importancia del nuevo carácter que se le ha querido dar a este encuentro: “Queremos que este Congreso se abra a todos los países iberoamericanos, y en un primer intento, este 2011, tengo el honor de saludar a participantes de Argentina, Brasil, Colombia y Venezuela.
El Dr. Matamala destacó también la relevancia de que este Congreso se convierta en un homenaje al destacado dramaturgo Jaime Silva (1934-2010), autor de aplaudidas obras como «La princesa Panchita», «El evangelio según San Jaime» y «Arturo y el ángel». “Él fue maestro de muchos teatristas chilenos de la actualidad, entre ellos, nosotros, sus alumnos de la Escuela de Teatro de la Universidad Austral. Un dramaturgo excepcional, reconocido, quizá, tardíamente y criticado en vida por moros y cristianos”.
Conferencia Magistral
Como cierre de la ceremonia se presentó la conferencia “Alegoría de la Comunidad Ausente: Figuras sacrificiales y violencia política en la dramaturgia chilena actual” del dramaturgo y académico chileno Mauricio Barría Jara. En este trabajo, que forma parte de una investigación mayor, Mauricio Barría se refirió a las maneras en que el capitalismo ha influido en las formas de producir, consumir y transmitir cultura; y en cómo los excluidos de la sociedad chilena comparten las aspiraciones y valores de la modernidad, pero no comparten las mismas posibilidades, situándose al margen del mercado y de la protección del Estado.
Es a raíz de esto que surge la necesidad de pertenencia y el ideal de comunidad, que es una “promesa siempre incumplida” y que se delata en la incompletud esencial del sujeto. Es en este sentido que surge en la dramaturgia chilena la figura del héroe y su sacrificio como un fracaso del sentido, ya que el teatro viene a “poner en juego a la comunidad en su relación problemática con el individuo”.
“Lo sacrificial sería, por lo pronto, una clase de dispositivo alegórico para representar la fractura de la comunidad en el Chile de la transición. Por esta razón es imprescindible distinguir entre obras en las que aparecen algunas formas sacrificiales, en las que el destinatario es el individuo en tanto tal, es decir la subjetividad, a obras en las que la cuestión es el sacrificio y lo que se tematiza es la comunidad imposible”.
Barría lo ejemplifica específicamente con el teatro chileno de inicios del siglo XXI, esencialmente en la obra “Almuerzos de Mediodía – Brunch” (1999) del dramaturgo Ramón Griffero. Esta obra es un relato trágico de la transición a la democracia, en el que “no hay causalidad, más bien hay montaje y en este caso un montaje alegórico sobre el fin de una época de la cual solo sobreviven ruinas: el Chile Republicano”. La obra sería una forma de “apelar a la comunidad para decirles que no hay tal”.
“En “Brunch” la alegoría se instala en la construcción misma de los personajes que aparecen como restos o residuos de íconos de la cultura de transición. En Esteban, el protagonista, se ensambla una diversidad de figuras simultáneamente, desde la figura del detenido desaparecido, pasando por la de un asesino en serie condenado a muerte, a un loco de un pabellón psiquiátrico, sin olvidar las citas a figuras históricas”.
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