El día 1 de junio se celebran dos conmemoraciones importantes de mencionar y que tienen relación directa con nuestra responsabilidad social como profesionales de enfermería para mejorar la calidad de vida de nuestra comunidad y que en el contexto de pandemia por COVID-19 se hacen aún más relevantes de fortalecer con nuestro apoyo y fomento. Me refiero al Día Mundial de Madres y Padres decretado en el año 2017 por la Asamblea General de Las Naciones Unidas, y el Día Internacional de la Leche proclamada por la Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación (FAO). Los padres son los responsables del crecimiento y desarrollo de sus hijos, entregándoles un entorno seguro y adecuado para lograr este fin, la alimentación es fundamental para cumplir con este propósito y desde el momento de nacer, a través de la lactancia materna se puede asegurar la entrega de los nutrientes, defensas y otros factores protectores como el apego la obesidad, entre otros. Es por ello que se ha implementado un acuerdo internacional sobre la comercialización y promoción de sucedáneos a la leche materna, siendo regularizado su uso ante una adecuada información e indicación de ingesta cuando la madre está impedida de lactar.
Hoy en día los/las enfermeros/as encargados/as de atención primaria consideran importante fortalecer las redes de apoyo para empoderar a los padres en la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y mantenerla hasta los 2 años o más, como lo señala la Organización Mundial de la Salud, esto se logra con una adecuada y oportuna información por parte del equipo de salud. Debido a la pandemia, muchas de estas instancias educativas se han visto interrumpidas y los nacimientos han sido modificados en madres contagiadas, por lo que el apego y el inicio de la lactancia se han visto retrasados. Por otro lado, las cuarentenas y modalidades de trabajo no presencial han permitido a la vez que las madres puedan lactar por un tiempo más prolongado y disfrutar el crecimiento de sus hijos, pero en este entorno, también es importante acompañar el proceso debido a la carga emocional de la multiplicidad de funciones que se debe abordar estando en casa y que pueda conllevar a afectaciones en la salud mental de la madre. Desde nuestro rol y como responsables de la salud de los lactantes a partir de los dos meses de nacer hasta el resto de su vida, debemos entregar las herramientas necesarias para que los padres y su entorno directo puedan llevar a cabo los cuidados de sus hijos y apoyar la practica de la lactancia materna. Para lograrlo es importante cambiar las metodologías y utilizar las tecnologías en la información, trabajando con las redes de apoyo como lo son el Comité de Lactancia Materna perteneciente a la Seremi de Salud de Los Lagos, casas de estudio, asesoras de lactancia y los comités de lactancia de atención, entre todos debemos activar grupos de apoyo para la lactancia materna (GALM) y seguir en este proceso de fomento y promoción. Queda mucho por hacer y existe incertidumbre hasta cuando estaremos confinados, pero no se puede esperar y se debe trabajar arduamente en beneficios para los niños y niñas.
El Heraldo Austral Edición Impresa