En esta zona del país ubicada entre Puerto Montt y Cabo de Hornos, se observan ventisqueros, Campos de Hielo (Norte y Sur), canales, bahías, fiordos, islas, lagunas, lagos y estrechos, los que determinan una alta heterogeneidad de hábitats para especies nativas e introducidas por la acuicultura y agricultura.
En el ecosistema terrestre predominan extensas cadenas montañosas dominadas por bosques nativos (alerzales) prístinos, así como también modificados por la acción de histórica colonización de asentamientos humanos o perturbaciones geológicas (sismicidad).
Una de las características de los fiordos son las agudas elevaciones montañosas (superior a 1.000 m sobre el nivel del mar) que penetran al sistema marino a profundidades superiores a 200 m (200–600 m. de profundidad). Tanto los sistemas terrestres como acuáticos, poseen una alta riqueza de especies (aves, anfibios), vertebrados e invertebrados marinos como corales de aguas frías creciendo en paredones verticales sumergidos a profundidades de 200–300 m.
La evidencia de procesos geológicos activos es importante en la región de los fiordos, son relevantes tanto de un punto de vista ecológico como biogeoquímico, con tramas tróficas sostenidas por bacterias gigantes metanogénicas (que generan gas metano y son parte del proceso de descomposición de materia orgánicas) y una gran diversidad de especies bentónicas, como por ejemplo corales de agua fría, equinodermos).
Estudiando zona de El Chaitén
La reciente erupción del volcán Chaitén, asumida como una catástrofe natural, podría eventualmente perturbar los hábitats terrestre y acuático, y por lo tanto la estructura y funcionamiento de las comunidades biológicas del borde costero de la región sur austral de Chile. Específicamente la precipitación de cenizas volcánicas al sistema acuático, caudales de ríos y sistema marino de fiordos, produciría cambios –aumento- en el contenido de material suspendido, principalmente metales trazas, compuestos disueltos orgánicos/inorgánicos nitrogenados, fosforados y de sílice.
La tendencia a la disminución de los caudales de agua dulce en los grandes ríos de la zona sur de Chile (Río Puelo) y la fuerte interacción río-fiordo podría tener fuerte implicaciones biogequímicas (biológico–físico–químico) complejas principalmente debido a cambios en el pH, concentración de oxígeno en el ambiente ribereño y marino.
Investigaciones científicas realizadas en el sistema de fiordos han determinado una fuerte estacionalidad en el balance de carbono de la trama trófica pelágica. Los resultados de estos estudios tienen implicancias en el intercambio de CO2 atmósfera-océano -si se consideran sistemas de sumideros de CO2 a los fiordos de la región sur-austral de Chile-. Por lo tanto cambios en la relación de nutrientes tales como Nitrógeno: Fósforo: Sílice y la disminución del pH producto de material suspendido desde la precipitación de cenizas en los caudales de ríos y la dispersión tipo-pluma hacia los fiordos tendría efectos sobre el sistema carbónico-carbonato, y por lo tanto cambios en el balance de carga y alcalinidad y control del pH (acidificación de los océanos) en el sistema marino costero de la región sur-austral de Chile.
Los impactos
Finalmente, los potenciales impactos que produce el hombre (agricultura, acuicultura, instalación de represas); fenómenos globales de origen remoto (cambio global) o fenómenos naturales a escala interanual: El Niño, decadal/centenial (erupciones volcánicas), climáticos (radiación UV sobre micro-organismos), ciertamente podrían alterar la estructura y funcionamiento de los ecosistemas terrestres y acuáticos.
Para ello se requiere el desarrollo de un programa de serie de tiempo o monitoreo sistemática de variables bióticas y abióticas en los hábitats, lo que permitirá afirmar científicamente los impactos reales a corto y largo plazo de potenciales alteraciones del sistema de fiordos de la Patagonia.