A las 20:00 horas del sábado 16 de diciembre, tras sufrir un paro cardiaco mientras jugaba un partido de fútbol falleció don Gilberto Eduardo Leal Salinas (Pachuco), funcionario de la UACh e integrante del cuerpo de guardias, quien se desempeñaba actualmente como motorista.
A la edad de 54 años, y sin presentar antecedentes médicos, Gilberto Salinas, conocido como Pachuco, falleció dejando una familia formada por su esposa Carmen Paredes, e hijos Carlos (25 años) y Alaniz (14 años).
“Estamos todos consternados, fue todo muy repentino. Era muy buena persona en todo sentido; alegraba el ambiente y andaba con el chiste a flor de labios. Éramos vecinos, vivíamos cerca en el mismo barrio en Sedeño. Yo llegué hace unos 10 años y él me recibió muy bien. Me hizo la inducción, cómo se manejaba el campus después en la central de vigilancia”, opinó su colega Juan Soto Leal.
“Sirvió a la Universidad por 32 años, era un excelente trabajador, no hay otra palabra para describirlo. Una persona muy educada y respetuosa que se desempeñó como operador en la Central de Vigilancia y últimamente como motorista. Nos embarga la tristeza de haberlo perdido tan temprano; creo que la Universidad perdió a un gran trabajador”, manifestó Enrique Jimenez, Jefe del Departamento de Guardias.
Mientras que Alejandro Ovando, Director de Servicios recordó como su pasión por el fútbol lo hizo un activo integrante del Club Deportivo, Social y Cultural de los trabajadores de la Universidad Austral de Chile. Agregó, “una de las cosas que más irradiaba era su alegría y disposición a colaborar en todo momento; siempre manifestando la mejor de las actitudes”.
“¿Pachuquito?… un excelente amigo y colega; nunca enojado, siempre con la sonrisa por delante; muy buen compañero. Lo lloré solo…sentí de corazón su partida, personas como él son pocas en esta vida” recordó con pesar Luis Uribe, funcionario de la Dirección de Servicios.
Esta tarde sus compañeros lo despidieron en su último recorrido por el Campus Teja en un cortejo guiado por los guardias motoristas, para después dirigirse al Cementerio General N°1 de Valdivia.