La nueva ley de Etiquetado Nutricional de los Alimentos es mucho más que el tema de los descriptores nutricionales (símbolos negros con el mensaje «Alto en…»). Es todo un conjunto de medidas que se deben aplicar para, principalmente, desincentivar el consumo en niños de alimentos con contenidos muy altos de ciertos nutrientes llamados «críticos», que son los que afectan negativamente la salud si se consumen de manera excesiva.
Las estadísticas, según el Ministerio de Salud, indican que una de cada 10 muertes en Chile se relaciona con el sobrepeso u obesidad, lo que va de la mano con diabetes, presión alta y problemas al corazón. Adicionalmente, en nuestro país uno de cada 3 niños o niñas menores de 6 años tiene exceso de peso.
El problema para la industria, con esta nueva rotulación, es que por primera vez se introducen mensajes con connotaciones negativas, lo que puede mermar las ventas. En este contexto, la industria deberá invertir en investigación y desarrollo, y obviamente, eso implica un costo. Sin embargo, también es una gran oportunidad para que se logren niveles de nutrientes menores en dichos alimentos, tal que puedan no incluir los «rótulos negros».
El nuevo etiquetado es útil, aunque su nivel de efectividad aún está por verse. El problema de fondo es que la salud pasa por un tema mucho más amplio, donde además de la alimentación, se deben incluir los hábitos de conducta como la actividad física y la calidad del ambiente en general de las ciudades, por lo que cualquier medida parcial y aislada no es 100% capaz de solucionar el problema en su totalidad. Además, está por verse la reacción de los consumidores, ya que podrían no entender o simplemente ignorar los rótulos, o entender que pueden consumir grandes cantidades de alimentos «sin rótulo», con lo que igual estarían consumiendo cantidades altas de nutrientes críticos.
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