“Nuevas prácticas sociales de relación con los humedales urbanos en Valdivia: un enfoque post humanista para trazar los efectos locales del desastre ecológico del Río Cruces”. Así se denomina el proyecto Fondecyt que se inició el 2014 y cuya investigadora principal es la Dra. Claudia Sepúlveda Luque, socióloga y también fundadora y vocera del movimiento ciudadano “Acción por los Cisnes”.
La iniciativa se vincula con la tesis que realizó en el marco del Doctorado en Geografía Humana, dictado en la British Columbia University, Canadá. En dicho trabajo estudió cuáles fueron los efectos de largo plazo que generó el desastre del río Cruces en las instituciones ambientales de Chile, en las prácticas de Arauco y de las empresas en general, y en la identidad de Valdivia.
Según explica la investigadora, “fue bastante evidente que como efecto de este desastre en Valdivia los humedales urbanos adquirieron otro estatus, empezaron a ser vistos y valorados. A partir de ello, surgen nuevas movilizaciones en favor de su protección, en especial en barrios populares o periféricos de la ciudad que no necesariamente son identificados de manera tradicional con las demandas ambientales. Esto porque hay una reconfiguración de la identidad de la ciudad. Hoy los humedales son reconocidos como parte de la identidad valdiviana, lo que a su vez permite darle espacio y sostener proyectos de ciudad que hacen un lugar a estos sitios, antes devaluados, ignorados o excluidos”, explica.
En ese contexto, menciona los casos de iniciativas de protección como el humedal Angachilla de la villa Claro de Luna y el Parque Urbano y Humedal Catrico, “que son ejemplos muy interesantes de cómo los habitantes de sectores más populares empiezan a reconocer en estos sitios un lugar que tiene un valor que no habían visto antes o que esa comprensión no había tenido suficiente fuerza para generar un movimiento de protección. Este proyecto busca justamente entender qué fue lo que pasó en este proceso donde los humedales pasan de ser invisibles y a estar completamente desprotegidos a constituir parte de lo que Valdivia es como ciudad y a contar con cada vez más aliados que trabajan por su protección”.
Sobre el estado actual del proyecto, comenta que están en el último año de trabajo empezando a generar las publicaciones que tienen que ver con casos como el Parque Urbano y Humedal Catrico, los humedales de la Isla Teja y la plataforma ciudadana de protección de humedales que ha surgido recientemente. “Queremos entender cómo se han relacionado históricamente los valdivianos con los humedales, qué nuevas maneras de relación han ido tomando forma en la última década y qué proyectos de ciudad circulan a través de esta defensa de los humedales”, dice.
Relación histórica con la ciudad
La socióloga recalca que “el desastre de Río Cruces hizo visible el lugar de exterioridad que los humedales ocupaban hasta entonces, marcados por una relación histórica con la ciudad donde primaba su comprensión como sitios degradados y disponibles para ser rellenados y expandir el uso inmobiliario. Ello se reflejaba en políticas públicas e instrumentos de planificación que directamente ignoraban la existencia de estos lugares como sitios distintivos. Si miras lo que eran los planes reguladores o los planes de desarrollo regional hasta el 2005 los humedales no existían”.
De acuerdo a la investigadora, “el tema es que en torno a lo que hacemos con estos humedales circulan distintos proyectos de ciudad. La pregunta que las iniciativas de protección de humedales nos plantean es, finalmente, ¿en qué ciudad queremos vivir? Y las respuestas necesariamente apuntan a nuestras prácticas. A la forma en que concretamente nos relacionamos con los humedales y con sus habitantes no humanos.”
Igualmente se han ido sumando otras demandas como por ejemplo lo que sucede con el humedal Catrico, que permitirá convertir en un parque un espacio donde antes habían basurales.
Centro de Investigación de Humedales del Río Cruces
Cabe destacar que la Dra. Sepúlveda fue elegida representante de la Cámara Social en el Directorio del Centro de Investigación de Humedales del Río Cruces. “Lo de las cámaras fue algo que propusimos en el Consejo Científico Social justamente para que el centro canalice y represente la conexión que este proyecto tiene con la ciudad. El centro como tal es una reparación para Valdivia aunque se hace a través de la Universidad. Entonces lo importante era asegurar que su sello no era estrictamente académico si no que incluía en su mismo sistema de toma de decisiones a actores que son parte de la comunidad valdiviana”, dice.
La profesional destaca que “es muy importante no olvidar que el diseño de estas medidas se realizó a través de un procedimiento inédito que es este Consejo Científico Social donde estaban presentes la empresa, el Consejo de Defensa del Estado, Acción por los Cisnes, la Universidad Austral de Chile, y distintos servicios públicos. Por lo tanto, es un diseño que refleja una conversación entre actores que habían estado en posiciones bastante complejas a lo largo del conflicto. Que estos actores se pongan de acuerdo y diseñen en conjunto estas medidas tiene un valor tremendo en cuanto a los desafíos que tenemos como sociedad en el marco de la convivencia democrática”.
Su anhelo es que “ojalá podamos de alguna forma sistematizar esta experiencia y traerla también a otras decisiones, a otros temas complejos. Vamos a estar siempre expuestos a situaciones de conflictos de distinto tipo donde no es fácil lograr acuerdos en torno a temas complejos como, por ejemplo, la visión de la región y de la ciudad. El cómo establecer este tipo de instancias de conversación entre actores que tienen posiciones diferentes pero que son capaces de pasar por encima de eso y trabajar en común en medidas concretas más allá de sus diferencias, eso es de un valor gigante”.
Finalmente, respecto a la constitución de este Directorio, plantea que “en general es una buena noticia, no solamente el Centro sino que las medidas de reparación que contempló el fallo que condenó a Arauco estén avanzando en su implementación. El Centro de Humedales por un lado, el programa comunitario que se está implementando a través de Comunidad Humedal –corporación de 52 organizaciones que se creó para definir un propósito común, una misión y poder materializar fondos en proyectos relacionados con el humedal- y las otras medidas que son el diagnóstico del humedal y el monitoreo”.