La Atención Primaria de Salud, APS, es una estrategia que se basa en la comprensión de la determinación social de la salud. Eso significa, primeramente, entenderla desde una perspectiva política, técnica y de influencia colectiva, y no solo como una parte del sistema de salud, es decir, no solo un nivel de atención, no solo una puerta de entrada, no solo un conjunto de prestaciones a los individuos.
Significa entenderla como una estrategia de salud y de desarrollo, que desde hace al menos un par de décadas cuenta con la evidencia respecto a que los países con una APS sólida, tienen mejores resultados en salud y los logran de manera más eficiente, equitativa y sostenible.
La APS trascienden al sector sanitario y su trabajo multidisciplinario tiene una base territorial, comunitaria e intersectorial y afectiva, que reconoce la incidencia de los contextos en el presente continuo de los procesos salud enfermedad y que considera sus dimensiones socio – espirituales, psicobiológicas, culturales e históricas.
Reconocer lo anterior significa reconocerle a la APS una creciente complejidad de la cual no puede quedarse ajeno el propósito sanitario de mayor resolutividad de las patologías prevalentes y el énfasis en la prevención y en la promoción de la salud.
Para ser pertinentes, el sistema de salud, que debe aspirar a descentralizarse, y los equipos locales con su poderoso potencial comunitario, están llamados a realizar las innovaciones pertinentes con los principios irrenunciables del modelo de atención vigente en Chile para las redes de salud: la integralidad, la continuidad y la atención centrada en las personas.
La APS como estrategia, exige que las universidades cultiven en las nuevas generaciones de profesionales de la salud habilidades para la escucha y la deliberación participativa y un pensamiento sistémico y crítico que facilite la aproximación a la multidimensionalidad de los procesos salud enfermedad y de atención, desde un enfoque bioético y de derechos humanos, para que, sin abandonar el propio autocuidado, se potencien las habilidades relacionales con pacientes, familias, equipos y territorios, orientadas a sumarse a la co- construcción de bienestar colectivo y de responsabilidad compartida.