Junto al académico del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo (IIAM) de la Universidad Católica del Norte, Hans Gundermann, el Dr. Vergara del Solar, de este modo, busca dar cuenta de aspectos poco conocidos de la historia política y social de nuestro país.
El objetivo central la investigación es reconstruir y analizar las principales formas de violencia política hacia los pueblos indígenas en Chile, desde su incorporación al Estado nacional hasta fines del gobierno militar. El estudio de dichas formas requiere, en su opinión, una mayor elaboración conceptual y teórica que la que ofrece la bibliografía especializada.
El interés por abordar esta temática surge de la constatación de que, aunque se trata de un fenómeno mencionado en muchos trabajos e, inclusive, que hay un tratamiento relativamente detallado de ciertos períodos o situaciones – como la ocupación militar de la Araucanía – no hay un estudio que proporcione una imagen de conjunto y en profundidad del problema.
En el proyecto, los investigadores retomarán y y profundizarán lo realizado por historiadores, antropólogos y etnohistoriadores respecto de la violencia estatal ejercida contra los sectores populares e indígenas, una violencia que, se expresa con inusitada fuerza en 1973 y los años siguientes, pero que tiene una historia mucho más antigua.
“Buscamos ofrecer una visión histórica comparativa donde se elabore de mejor manera el concepto de violencia estata y paraestatal. Ello requiere un análisis que distinga los diferentes tipos de violencia ejercida contra los pueblos indígenas; conocer las respuestas de estos pueblos ante él, y, comprender la memoria de la violencia, su valoración entre quienes la sufrieron y, secundariamente, los que la ejercieron”, señaló el académico.
Este último punto, la forma en que los pueblos indígenas han resignificado la violencia estatal, de modo que, hoy, formas de violencias ayer aceptadas como legítimas o no cuestionadas abiertamente han dejado de serlo, es el menos estudiado. El Dr. Vergara recuerda que muchas veces las relaciones entre victimarios y víctimas no se reducen a la mera coacción o abuso, lo que hace necesario interpretar el fenómeno de la violencia en el conjunto de dichas relaciones.
La investigación toma como referencia dos grandes casos, los de aymaras y atacameños en el Norte Grande, por un lado y el de los mapuches-huilliches, en el Centro-Sur; por el otro. “A efectos de un mejor tratamiento del tema, y cuando se requiera, se considerará separadamente la situación de los mapuches de la Araucanía y la de los mapuche-huillliches de Valdivia, Osorno y Llanquihue”, afirmó Vergara del Solar.
Lo interesante – agregó – es también determinar las respuestas de los pueblos indígenas a la violencia ejercida en su contra por el Estado o agentes para-estatales: pasividad temporal; obediencia formal; resistencias en espacios o ámbitos definidos; acciones violentas individualizadas o comunitarias contra hacendados, colonos, policías, etc.; formulación de demandas ante órganos de Estado dedicados a su defensa (Comisión Radicadora, Juzgados de Indios, Dirección de Asuntos Indígenas, entre otros); creación de organizaciones reivindicativas y de lucha política o “incorporación” a organismos de Estado en su favor (la DASIN entre 1953-1958, por ejemplo).
En opinión del profesor Vergara, esta categorización permitiría mostrar que los pueblos indígenas no han sido pasivos ante la violencia estatal o para-estatal, pero que tampoco se puede hablar de una resistencia permanente y de una misma intensidad; en parte porque también la violencia se acentúa y disminuye en determinados períodos. “Por lo tanto, es materia de nuestra investigación poder identificar cuándo hay oposición a la violencia y, si es así, qué modalidades e intensidades asumen”, señaló el académico.
Dada la extensión del tema, se tratarán las principales formas de violencia estatal y paraestatal y se hará una selección de casos sobre la base de criterios de relevancia en los cuatro años que dura el proyecto, en el segundo de los cuales se incorporarán tesistas al equipo.
Vergara concluye señalando que este trabajo puede ser un aporte a la comprensión de una dimensión relevante de la relación histórica del Estado con los pueblos indígenas, que, además, es indispensable para entender el presente.
“Queremos ofrecerle a la sociedad, y a los mismos pueblos indígenas, la posibilidad de reconstruir un aspecto de su historia sin el cual no se explican ni entienden los conflictos que hasta hoy se dan”, finalizó el investigador responsable del proyecto “Estado y violencia hacia los pueblos aymara, atacameño y mapuche (1883-1990)”.