Es un desarrollo moderno y revolucionario. Una nueva alternativa para revitalizar la deprimida ganadería de carne, y lograr mejores ingresos para los productores y por qué no, a futuro, la tan ansiada, pero hasta ahora no alcanzada meta de aumentar la masa ganadera. La que por ahora sigue cuesta abajo y por lo mismo impide el despegue exportador de la carne. Dicen sus autores que el impacto del desarrollo puede compararse con el momento en que la industria productora de aves marcó un antes y un después con la aparición de los pollos broiler, que revolucionaron la industria; o cuando apareció el nuevo cerdo, que le dio un impulso que todavía se mantiene a los planteles de crianza de esa especie.
Y a nivel comercial, con mejoría en los precios para la carne bovina, el momento parece ideal para hacer cambios e invertir.
Todo partió con un proyecto de un experimentado ganadero temuquense y de la Universidad Austral que concluyó desarrollando lo que podría denominarse el nuevo vacuno. Más allá de las razas y de las ventajas y limitaciones que proporciona cada una, lo que hicieron fue seleccionar los genes, con base en el simmenthal, de las características más buscadas, como buena conversión del alimento en carne y producción de carne tierna, transferibles a la descendencia. Lo lograron mediante marcadores moleculares y técnicas biotecnológicas.
Si bien las técnicas señaladas están en uso en los países más avanzados, su aplicación en la ganadería de carne nacional es vista como revolucionaria porque permitió generar no el mejor animal para carne, sino el más equilibrado. Es decir, un vacuno que consume menos alimento y produce más carne y de la mejor calidad, pero sin descuidar parámetros como la longevidad de las vacas o su producción de leche, y que favorece, al mismo tiempo, que todas esas características estén disponibles para los cruzamientos. Lo revolucionario es que es un animal posible de reproducir, dicen los investigadores. Llegaron a eso, mediante marcadores genéticos seleccionando las características de importancia económica y se aseguró su heredabilidad.
Pero, además, este desarrollo sería el camino más corto para agregarle valor: mayor producción a menor costo y de un producto de alta calidad permitiría ingresar a nichos del más alto nivel. Lo positivo, además, es que las pruebas incluyen a productores de todos los tamaños. Incluso se extiende a los ovinos, con base en la raza texel.
Experiencia probada