“Expresión heteróloga y caracterización bioquímica de una nueva amilasa activa en frío de la bacteria antártica Pseudoalteromonas sp. 2-3” es el título del artículo publicado en la revista “Protein Expression and Purification” por investigadores de la Universidad Austral de Chile (UACh) y del Centro de Biotecnología y Bioingeniería (CeBiB) de la Universidad de Chile.
Los autores del texto son los Dres. Anamaría C. Sánchez (CeBiB), María Cristina Ravanal (UACh), Barbara A. Andrews (CeBiB) y Juan A. Asenjo (CeBiB), éste último Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas 2004.
“El objetivo del paper fue expresar una amilasa proveniente de microorganismos aislados desde la Antártica y estudiar sus principales características bioquímicas para poder buscar una aplicación a esta nueva enzima”, indicó la Dra. María Cristina Ravanal, académica del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos (ICYTAL) de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UACh.
Se trata de una α-amilasa, que “es una enzima que cataliza la hidrólisis del almidón, utilizada en diversos procesos biotecnológicos, incluidos los textiles, el papel, los alimentos, los biocombustibles, los detergentes y las industrias farmacéuticas”, indica la docente.
Agrega que “los microorganismos aislados desde la Antártica y las enzimas (catalizadores biológicos) que se encuentran en éstos, nos abre la puerta a investigar y buscar nuevas aplicaciones. En este contexto, el artículo publicado corresponde al estudio y caracterización de la amilasa con temperatura óptima más baja hasta ahora reportada”.
Aportes prácticos
Como mencionamos anteriormente, la α-amilasa tiene amplias aplicaciones en varias industrias, incluyendo producción de detergentes, textiles, papeles, como también el área farmacéutica y alimentaria. “Las enzimas adaptadas al frío son una buena alternativa en varios procesos en comparación con sus contrapartes que trabajan a temperatura ambiente, porque las enzimas activas en frío no requieren calentar a altas temperaturas para desactivarlas después que se han utilizado en un bioproceso”, destaca la Prof. Ravanal
Comenta que la amilasa estudiada trabaja óptimamente a bajas temperaturas y a un pH alcalino, convirtiéndola en “una buena candidata para ser usada como agente auxiliar en la producción de detergentes, ya que entre estos agentes se encontrarían las enzimas que son capaces de romper las moléculas de proteínas, lípidos y almidones, eliminando manchas de restos orgánicos como leche, aceites, frutas, etc.”.
En este sentido, recalca que el uso de enzimas (biocatalizadores) en las formulaciones de detergentes es hoy en día habitual en los países desarrollados para facilitar la remoción de la suciedad.
La investigación se efectuó en el marco del programa Basal de CONICYT (FB0001).