Hace algunos días se realizó el lanzamiento del libro “Crisis socioambiental: El humedal del Río Cruces y el Cisne de Cuello Negro”, de Ediciones UACh. Conversamos con el coautor de esta publicación y académico del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Austral de Chile, Prof. José Escaida Navarro.
Profesor, ¿Cómo nace la iniciativa de hacer este libro?
La iniciativa de hacer este libro nace hace un poco más de 10 años, cuando el Dr. Carlos Amtmann era Rector de la Universidad Austral de Chile y yo pensamos que sería interesante acompañar el conflicto medioambiental que se estaba desarrollando, analizar y ver qué aprendizajes podríamos extraer de esto, porque como país estábamos atravesando un período muy complejo en cuanto al desarrollo económico se refiere, debido a la extracción de inversiones que se centran en los recursos naturales. Pero también es un momento en el que la institucionalidad ambiental era muy débil; la legislación vigente en ese entonces era la de 1994, la cual fue la primera en el país, era muy nueva, por lo que aún no contaba con la norma como para poder controlar, supervigilar ni gestionar un proyecto de esta naturaleza desde el Estado.
¿Cuál es el aporte que cada coautor plasma en esta investigación?
Analizamos durante estos años, lo que se ha estudiado en las Ciencias Sociales respecto a la vinculación entre el ser humano y su entorno. Cómo se da esta relación, qué implicancias tiene en el desarrollo y cómo se da esa mirada, esa perspectiva dando o no cuenta del proceso que se estaba dando. Y posteriormente, después de contar con un sólido planteamiento desde nuestra perspectiva, se incorporó un aporte del Prof. Eduardo Jaramillo, quien hizo los estudios científicos de lo que había pasado en el humedal y que incluso, después hubo muchos problemas, porque otras instituciones científicas pusieron bajo cuestionamiento las hipótesis y los resultados de su investigación que, con el tiempo, lograron ser probadas. En el fondo, él reunió a sus colegas, fue quien dio cuenta exactamente de lo que había sucedido en el humedal del Río Cruces.
¿Con qué se encontrarán sus lectores?
Con un análisis del conflicto, sus lecciones y también ir tratando de trabajar el tema de una nueva visión del desarrollo, observando críticamente el comportamiento de los tres actores: el Estado, la empresa y la ciudadanía. Este es el primer libro que trata de este tema. Hasta el momento, sólo se han desarrollado investigaciones al respeto, pero ninguna otra derivó en un libro como en este caso.
¿Qué lección se extrae de este conflicto?
Una de las lecciones desde el punto de vista económico-social es que la solución del conflicto fue una solución pacífica. O sea, se llegó a un acuerdo entre las distintas partes. Después del diálogo, de trabajo conjunto, de aproximaciones, a veces de dificultades, realmente este proceso fue muy importante para la instalación y desarrollo de la planta, llegando a una solución pacífica. Y después del dictamen judicial, a propósito de una demanda que había entablado el Consejo de Defensa del Estado en el año 2005, precisamente contra aquellos que resulten responsables por el daño en el Humedal del Río Cruces y el dictamen de la Jueza fue: que la empresa Celulosa Arauco Valdivia era responsable. La empresa no apeló, estuvo dispuesta a compensar, a participar en una reconstrucción del humedal y al mismo tiempo, a pagar una compensación al Estado por el daño que habían cometido.
El conflicto sigue, hay que considerarlo un motor de la sociedad, no es algo negativo, sino que siempre la cognición de la vida social tiene este elemento, como un factor importante en su desarrollo. El tema es ¿cómo lo hacemos para que éste sea un diálogo fructífero y que lleve a una solución pacífica del conflicto? Cosa que ocurrió en este caso: La planta no se fue, se anunció de cuándo en cuándo que se cerraba, que se iba, pero se quedó: incluso cambió de rubro y ahora produce fibras textiles.
Conclusiones
¿Cuáles serían las conclusiones más importantes que extrae de este libro?
Uno de los puntos centrales, es una mirada distinta del desarrollo. Hoy día toda empresa, toda inversión tiene que considerar lo que se llama “las externalidades negativas, no como el precio que tiene que pagar la sociedad en la cual está inmersa la empresa, sino que tiene que hacerse responsable de éstas.
La responsabilidad social: Toda empresa tiene que considerar la responsabilidad que tiene con su entorno. O sea, de todos aquellos que participan de alguna u otra manera que participan del proyecto, tanto como consumidores, proveedores, otros de la rama de la cual operan, los vecinos, las comunidades indígenas, las comunidades en las cuales se inserta: su trayectoria, su tradición, su forma de desarrollo cultural, económico… En definitiva, que asuman una perspectiva distinta de hacer negocio.
Por otra parte, tiene relación con la imagen de la empresa y la imagen del país, en términos de la responsabilidad a nivel internacional de los temas ambientales. Es decir, hoy en día para que una empresa sea competitiva necesita necesariamente considerar el ecosistema a su alrededor, la protección de los recursos naturales pensando en las generaciones futuras.
Otra conclusión es que los movimientos sociales, en este caso la agrupación Acción por los Cisnes fue una determinante en conducir un proceso que significaba mantener una actitud crítica, permanente respecto del proceso de instalación de la Planta. Y al mismo tiempo, este movimiento acompañó el proceso permanentemente, lo mantuvo en la prensa. Entonces, eso se dio con un liderazgo compartido que iban asumiendo según las condiciones y las características del proceso. Y lo otro, fue su gran empeño y su gran trabajo a nivel científico-político. O sea, científico para poder mantener las mismas condiciones de diálogo con los pares científicos que no pertenecían a este grupo y yo creo que son un ejemplo de cómo la ciudadanía se articula en torno a un objetivo compartido que es transversal y con una visión en construcción, pero con claridad respecto de querer un desarrollo distinto.
Y una última conclusión desde el punto de vista de que la región, dentro del contexto nacional, asume una posición como una región que quiere otro tipo de desarrollo; que sea sustentable y de donde es importante poner a trabajar las inversiones verdes. Es decir, cómo atraer inversionistas que vengan a trabajar para poner sus recursos en una forma distinta de desarrollo”.
¿Qué es lo que falta para que este tipo de empresas se instale en la Región de Los Ríos?
Falta una capacidad de liderazgo que asuma ese rol, un liderazgo compartido que tenga una propuesta común. Claramente asumiendo que estamos en una perspectiva de desarrollo distinta, teniendo claro que la región no está en contra de fomentar las inversiones: sabiendo que los ciudadanos y ciudadanas naturalmente quieren, desean, necesitamos inversión. Creo que tenemos que hacer un esfuerzo para atraer la inversión de manera general, todos los actores que tienen que ver con el tema: Estado, los empresarios y la ciudadanía son los que tienen que permitir que se haga este tipo de atracción de inversiones.
Cabe recordar que el Prof. José Escaida Navarro colaboró en la creación de ete libro en conjunto con: Dr. Carlos Amtmann Moyano de la Facultad de Filosofía y Humanidades; Dr. Eduardo Jaramillo Lopetegui del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas y el Dr. Nelson Lagos Suárez, ambos de la Facultad de Ciencias de la UACh.